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Barak dimite y convoca elecciones a primer ministro para evitar enfrentarse a Netanyahu

El jefe del Gobierno israelí califica los comicios de verdadero referéndum sobre la paz

El primer ministro israelí, el laborista Ehud Barak, anunció anoche de forma inesperada su dimisión. De acuerdo con la ley, dentro de 60 días se celebrarán elecciones al cargo de jefe de Gobierno, pero no al Parlamento. De ese modo, el acorralado primer ministro, que cuenta con un Gabinete de minoría, no sólo bloquea el proyecto de ley de la oposición para disolver la Cámara, sino que impide que se presente el conservador Benjamín Netanyahu (que no es diputado, como exige la ley) y también que surja una alternativa dentro del propio laborismo.

Al dimitir ayer, Barak ha realizado una jugada que, a decir de los analistas, le permite matar tres pájaros de un tiro. En primer lugar impide que Netanyahu, al que todos los sondeos daban como favorito, se presente a las elecciones a primer ministro, puesto que a ese cargo sólo pueden presentarse diputados, y el ex primer ministro dimitió como parlamentario y como líder del partido de derechas Likud tras su derrota frente a Barak en los comicios de mayo de 1999.En segundo lugar, Barak dificulta que, en tan poco tiempo, pueda presentarse otro candidato a las eventuales elecciones internas en el Partido Laborista para el cargo de líder de esa formación política y candidato a primer ministro. En el seno de su partido se han cuestionado en las últimas semanas tanto el liderazgo como la candidatura de Barak, e incluso su política económica, social y de paz.

Por último, Barak no deja tiempo para que el Parlamento pueda aprobar una vuelta al anterior sistema electoral en el que, a diferencia del que rige desde 1996, el primer ministro era elegido junto con los 120 diputados del Parlamento, en una sola papeleta. A partir de los comicios generales de 1996, los votantes eligen en una papeleta al primer ministro, y en otra, la lista con los diputados. Este último sistema da mucho más poder al primer ministro, que recibe el mandato de forma directa del pueblo.

Barak anunció, de forma imprevista anoche en Jerusalén, que hoy presentará su dimisión al jefe de Estado, Moshé Katsav, y al Parlamento.

"Por responsabilidad personal, he decidido volver a pedir la confianza del pueblo", dijo Barak. "Se trata de una decisión personal mía, que adopté tras consultarlo con mi familia en la noche del viernes", añadió.

Según Barak, no tiene sentido que todo el país se vea arrastrado a una campaña electoral innecesaria. "Éste será el verdadero referéndum sobre la paz y sobre el camino que tiene que recorrer el Estado de Israel", afirmó el primer ministro.

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Del anuncio de Barak se desprende que, según la cláusula 23 de la Ley Electoral, las elecciones especiales a primer ministro se celebrarán el 6 o el 13 del próximo febrero. Ello significa que, a menos que el actual presidente del Parlamento, el laborista Abraham Burg, se presente como candidato en las elecciones internas de su partido, Barak se enfrentará, casi con toda seguridad, al actual jefe de la oposición y líder del partido de derechas Likud, el también general retirado y conocido halcón, Ariel Sharón.

Pero más allá de rivales internos, Barak ha logrado frenar a Netanyahu, quien la semana pasada, tras más de dos meses de choques violentos entre militantes palestinos y soldados israelíes que han costado la vida a casi 300 palestinos y 38 israelíes, se presentó como "el salvador nacional". En los sondeos del pasado viernes, Netanyahu obtenía un 46% de la intención de voto frente al 27% de Barak. Pero por primera vez, incluso Sharón vencería a Barak por 35 puntos frente a 32.

Barak no ha alcanzado un tratado de paz con el líder palestino Yasir Arafat y no parece en absoluto que ello sea posible en un futuro cercano. Tal vez por ello ha preferido enfrentarse dentro de 60 días a Sharón, y no dentro de 180 a Netanyahu, en caso de que el Parlamento hubiera ratificado el proyecto de ley para disolverse y convocar nuevas elecciones generales ya aprobado en primera lectura. Aún es teóricamente posible que la Cámara decida aprobar de todos modos dicho proyecto, u otro anunciado ayer por los diputados de la derecha para que cualquier ciudadano, y no sólo un miembro del Parlamento, pueda presentarse como candidato a primer ministro. De los sondeos se desprendía que también en ese caso, los laboristas saldrían derrotados y perderían 6 de sus 26 escaños, mientras que el Likud aumentaría de 19 a 34. Pero los observadores se preguntan si existe un acuerdo entre Sharón y Barak para que, después de las próximas elecciones, quien obtenga la victoria forme un Gobierno de unidad nacional.

Mientras tanto, un niño palestino de 13 años, Mansur Nayi Yáber, se sumó ayer la lista de víctimas del enfrentamiento israelo-palestino al ser herido de gravedad en Cisjordania por colonos judíos, que continúan su guerra sucia contra los palestinos.

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