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TENIS Final de la Copa Davis

Juanito enciende el Sant Jordi

La pareja española se gana a pulso el crédito ante sus impotentes rivales

Los pronósticos se rompieron, pero el resultado al inicio de la última jornada es el deseado por los capitanes españoles. Da lo mismo cómo se llegó a él. La cuestión es que hoy España domina por 2-1 la final y está en una situación óptima para ganar por primera vez la Copa Davis.El G-4 planteó la eliminatoria con la estrategia de llegar al sábado con 2-0 para poder afrontar el domingo con 2-1. Muy pocos confiaban en ganar el doble. La situación es ésta. Pero justamente el punto que lo ha permitido ha sido el que ayer se anotaron Àlex Corretja y Joan Balcells frente a una pareja compuesta por dos auténticos especialistas, Mark Woodforde y Sandon Stolle, el primer y el tercer jugador del ránking mundial de dobles. Les ganaron en tres mangas, rompiendo por completo los pronósticos. Curiosamente, el gran artífice del triunfo fue Joan Balcells, Juanito, el hombre que ayer consiguió que el público se olvidara de la pasividad e incendiara el Palau Sant Jordi.

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De la raqueta de Balcells surgieron las mejores jugadas, las voleas más atrevidas, los smash más brillantes. Su saque fue el más efectivo de los cuatro y sólo una vez afrontó un break-point en todo el partido. Estuvo más brillante incluso que Corretja, que no dudó en darle todo el protagonismo. Pero su rendimiento no habría sido tan alto si Àlex no le hubiese frenado a veces y no hubiera tomado el mando del equipo. "Forman un doble muy parecido al mío con Manuel Santana", explicó José Luis Arilla. "También yo era explosivo como Balcells y jugaba mejor en la red, pero necesitaba a Manolo para que me marcara las pautas Creo que pueden ser una gran pareja".

Lo que hasta ayer no habían logrado lo consiguieron de golpe en su cuarto partido -llevan sólo tres victorias y una derrota-. La gente cree ahora en ellos. Pero se ganaron el crédito a pulso, desde el primer juego, cuando rompieron el saque de Stolle, el más flojo en este apartado -sólo ganó el 29% de sus segundos saques en la tercera manga-, y apenas cedieron dos puntos con su saque hasta colocarse en set-ball. Después les costó rematar. Precisaron cinco bolas para ganar la manga y en el camino salvaron una pelota de rotura.

Cuando el primer paso estuvo dado, fueron sosteniendo su nivel y el partido entró en una fase anodina, de desgaste, de la que podían salir malparados. Sin embargo, Javier Duarte, el capitán español, rompió entonces el decorado por completo, prendió fuego a la mecha y encendió el ambiente con sus quejas contra su homólogo, John Newcombe, y las discusiones con el juez árbitro. La consecuencia fue que apareció una nueva escenografía que supuso un ascendente de presión importante para los españoles: 13.500 voces clamaron como nunca y apagaron las 1.300 que se habían hecho oír.

Corretja perdió dos veces el saque, una en el segundo set y otra en el tercero. Pero se lo arrebató cuatro veces a sus rivales dejando el escenario dispuesto para que Balcells rematara el partido con su saque. Y no falló. Juanito ganó con un punto de saque y descansó tranquilo en los brazos de Corretja.

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