"Soy una empresaria agresiva, pero honesta"
Hace apenas unos años estaba en el paro y constituyó con dos socios la empresa de construcción General Constructor. María José Solaz empezó con una promoción al año, y ahora tiene diez en marcha en el centro histórico de Valencia, "con arquitectura de hoy encajada en el entorno", y un hotel frente a las Atarazanas. El secreto de esta empresaria nacida en Chelva en 1971 es que cada día llega antes al trabajo y sale más tarde. La Cámara de Comercio de Valencia ha distinguido recientemente su gesta con el primer Premio Mujer Emprendedora. Pregunta. ¿Ser mujer y ser empresaria le obliga necesariamente a ser emprendedora?
Respuesta. Ser mujer significa que has tenido que luchar más. No quiero hacer de mi caso un tema feminista, pero sí que creo que las altas direcciones son más inaccesibles para las mujeres que para los hombres. El secreto está en confiar en tu capacidad, y querer es poder. Cuando te planteas un objetivo con mucha claridad, por muchas adversidades que te surjan las salvas. De hecho, aquí estoy, en un sector que es de hombres y siempre ha sido dominado por los hombres.
P. ¿Cómo se hizo empresaria?
R. Desde niña siempre me había gustado el derecho y el periodismo, pero empecé en un negocio de hostelería y vi que el mundo empresarial es lo que realmente me gustaba. Tenía mucha creatividad y podías generar beneficio para mucha gente. Mis dos socios y yo somos de un pueblo muy pequeño con una agricultura muy pobre, y damos trabajo a varios vecinos de La Serranía, que es una comarca muy deprimida.
P. Uno de los factores que frena la incorporación de la mujer a cargos de responsabilidad es que tiene que desempeñar la doble jornada laboral y doméstica. ¿Ha tenido que renunciar a algo por dirigir una empresa?
R. Tuve que renunciar a casarme con mi novio de toda la vida con casa montada. En ese momento, el mundo empresarial era más importante que el personal para mí. Elegí libremente, sigo siendo soltera y soy feliz de estar en esta situación. Pero es verdad que dejas cosas en el camino, y es difícil que un hombre acepte el triunfo de una mujer profesionalmente. La sociedad todavía es muy machista para aceptar que la mujer llegue a casa más tarde que el marido.
P. Usted, feminista no es.
R. Creo en el ser humano, no en hombres y mujeres. Y la capacidad del ser humano es la misma sin diferencia de sexo.
P. La construcción es un recinto masculino. ¿Ha tenido que endurecerse o ya tenía hormigón en el carácter?
R. Tengo un carácter muy agradable, pero me he endurecido. A veces, en una negociación dura, tienes que sacar un genio que en tu casa no lo utilizas. Lo que más me gusta es tener reuniones con gente inteligente, que es la que no se plantea si está negociando con una mujer o con un hombre.
P. ¿Es una empresaria agresiva?
R. Sí, pero suelo ser bastante honesta en mis decisiones, y estoy convencida de que en una mesa de negociación se tienen que levantar todas las partes contentas. De lo contrario, el negocio no irá bien. El mundo empresarial es duro en concepto, y a veces, en momentos únicos, utilizas la dureza. Es un momento psicológico que hay que saber administrar.
P. ¿La mujer dirigente puede terminar cometiendo los mismos errores del hombre dirigente?
R. Las mujeres tenemos otra sensibilidad. Somos más pacientes, quizá porque nos ha costado más llegar, y tenemos más espíritu de sacrificio. Creo en el ser humano, pero creo además que hemos nacido diferentes, aunque sólo físicamente. Lo que pasa es que el hombre ha triunfado siempre más.
P. ¿En este negocio le ponen más trabas que le pondrían a un hombre?
R. No, porque soy muy tenaz. Voy desde el principio hasta el final, y eso lo transmites y te apoyan.
P. Existen asociaciones específicas de mujeres empresarias. ¿Usted es partidaria de ellas?
R. Hasta ahora no he tenido tiempo de dedicarme a las organizaciones. Me he tenido que dedicar a luchar por salvar la empresa, porque ésta es una empresa que la hemos ido levantando poco a poco. Pienso que está bien que existan estas organizaciones, para comunicarse y demostrar que hay mujeres que son empresarias, pero realmente la mujer debe de confiar en sí misma y luchar por su empresa.
P. Algunos informes dicen que el tamaño empresarial de la mujer es la pyme. ¿Lo comparte?
R. No puede haber límites que no te impongas tú. La sociedad no te los puede imponer. Una mujer puede estar en una gran empresa lo mismo que un hombre.
P. ¿Qué hace a su empresa singular frente a las otras del sector?
R. Es una empresa muy personal. Desde que se compra hasta que se vende algo, todo pasa por mí. El cliente quiere ver una imagen accesible, y yo lo soy. Nosotros hacemos casas con personalidad propia.
R. ¿Usted es más partidaria de rehabilitar que de construir?
P. Soy partidaria siempre de construir lo que sea, pero la especialidad es el centro histórico, porque soy una enamorada del centro. Tenemos un centro importantísimo y está en estado de recuperación. Está volviendo la gente joven, que es la que da vida al centro. Mi apuesta es el centro.
P. Pero su especialidad son los áticos.
R. Hago áticos espectaculares, conservando lo emblemático con toques de contraste muy vanguardista: cristal, acero, hormigones... Es que hay una visión del centro de Valencia que sólo se puede rescatar desde un ático: Santa Catalina, las cúpulas del Patriarca... Hay puntos que cuando vas por la calle no los ves.
P. Hay un debate entre el nuevo skyline de Valencia, con los edificios singulares de la avenida de Francia y los de la avenida de las Cortes, y el tradicional, el de la fachada norte del río. ¿Tiene una opinión al respecto?
R. No me gusta nada la edificación masiva. Soy del río hacia dentro. Yo apuesto por la ciudad que va de la Gran Vía Marqués del Turia hasta Guillem de Castro, en la que cada edificio tiene personalidad propia. Me gustan los modelos exclusivos, y eso es lo que hago.
P. ¿Valencia necesita todas las viviendas que se están construyendo?
R. El Palacio de Congresos y Valterna van a saturar Valencia. Ya hay problemas de venta y va a ser difícil que se asimilen esa cantidad de viviendas en Valencia. El comprador que pretendía invertir y revalorizar ya está notando la crisis.
P. ¿El boom de la construcción ha concluido?
R. Estamos en un momento de ir sentando los pies en el suelo. Hace unos meses no salía suelo, y ahora ya me han presentado cuatro ofertas. Algo quiere decir.
P. ¿Hay tanta especulación y corrupción como parece en el mundo de la construcción? ¿O más?
R. Todo lo que genera mucho dinero tiene tendencia a la corrupción, pero uno tiene que ser lo suficientemente ético para quedar al margen. Hay que ganar peseta a peseta.
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