El Inem gestiona sólo el 15% de todas las colocaciones en España

La imagen del Instituto Nacional de Empleo (Inem) suele asociarse al cobro de una prestación o al registro de desempleados. Pero este organismo, dependiente del Ministerio de Trabajo, tiene entre sus labores principales la de intermediación, es decir, buscar empleo a quienes lo demandan. Muy pocos empresarios se acuerdan de él: el Inem sólo gestiona alrededor del 15% de todas las colocaciones que se producen en España. La escasa calidad de la oferta y la poca estrategia cazaempresarios del Instituto explican este déficit.

Gestión empresarial

Las colas a la puerta de las Oficinas de Empleo son más numerosas en el mostrador de demandas de empleo que donde se comunican las altas de trabajadores que han encontrado ocupación. Dentro de este grupo, un porcentaje pequeño de los que han encontrado trabajo debe su fortuna al Instituto Nacional de Empleo. En lo que va de año, el Inem ha registrado 11,41 millones de colocaciones. De ellas, 1,9 millones se hicieron a través del propio instituto, lo que representa un 17,17% del total. Los sindicatos consideran que este dato es engañoso. "En ese porcentaje está incluido el grupo de gente que encuentra trabajo por su cuenta, pero después de recibir cursos de formación del Inem", asegura Mercedes Pereira, responsable de asuntos de desempleo en UGT. Según Pereira, los propios responsables del Instituto reconocen que el número real de los trabajos que adjudica el Inem no supera el 9%. Los empresarios bajan aún más esa cifra, hasta el 7%.

En el Inem, lo abultado del porcentaje no es un problema. Su objetivo es más encontrar empleo con calidad que hacerlo en grandes cantidades, según la directora del servicio público de empleo, Dolores Cano: "El problema no es tanto la cuota de mercado. A mí me interesa hacerlo bien, responder a las necesidades de los empleadores y hacerlo con rapidez".

A juzgar por los datos de este año, quienes más suerte tuvieron para encontrar un puesto de trabajo en su oficina de empleo fueron los desempleados sin estudios (el Inem tramitó un 26,13% de las colocaciones), seguidos de los que cursaron estudios primarios (23,47%). Estos datos permiten trazar una radiografía del Inem que refleja una de las principales críticas que se vierten contra el instituto: la cualificación del empleo que entra en sus bolsas de trabajo. "Al Inem llega siempre la peor oferta", se queja el responsable de una oficina de empleo de Madrid. Los empresarios se defienden: "Es cierto que entra la peor oferta en el Inem, pero también es porque la gente que nos mandan no es la de mayor cualificación. Es una pescadilla que se muerde la cola", responde Juan Menéndez Valdés, del área de Relaciones Laborales de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). La directora del Inem reconoce que es un "problema importante".

Lola Liceras, secretaria de Empleo de Comisiones Obreras, cree que este hecho tiene también una explicación cultural. España es el país europeo donde más gente busca trabajo a través de contactos. "Los empresarios son muy reacios a gestionar sus ofertas a través del Inem. Cuando lo hacen es porque están obligados, porque reciben alguna subvención o algo así", explica Liceras.

La patronal tiene una solución para que el Inem se convierta en un cliente más atractivo: hacerlo funcionar con mentalidad empresarial. Es decir, saber venderse, algo en lo que también coinciden los sindicatos. Juan Menéndez, de la CEOE, critica el procedimiento burocrático del organismo y su corta capacidad de seducción: "El Inem no va a visitar a las empresas a ofrecer sus servicios ni a conocer el sector". La CEOE no cuenta con datos precisos, pero cifra en poco más del 7% el porcentaje de empresarios que se desplazan a una oficina de empleo para buscar trabajadores. Pero las pocas ofertas recibidas se suelen cubrir. Según datos del Inem, el 90% de los puestos que presentan las empresas termina por casar con un trabajador.

El resto corresponde a los polémicos puestos sin cubrir que tan alarmantes titulares de prensa generan. Los últimos datos disponibles demuestran que en el mes de octubre había 114.577 ofertas de trabajo para las que el Inem no había encontrado un candidato. "No es exactamente así", argumenta Dolores Cano. "Lo que se ve en las estadísticas son puestos que están sin cubrir un día, pero pueden estar asignados en un plazo de 10 o 15 días".

No obstante, Cano reconoce que existen problemas de retraso y de cruces de datos, para los que ya hay una solución en marcha: el SISPE, un sistema informático que permitirá integrar toda la oferta de trabajo independientemente de dónde se genere y cruzar datos. La puesta en marcha de este sistema lleva tiempo postergándose, pero finalmente estará operativo a finales del primer semestre de 2001, según Cano.