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Reportaje:

Je m'appelle Mariquita Pérez

La muñeca de Onil ha sido elegida para representar al juguete español en un museo de París

En el año 57 Mariquita Pérez fue presentada en la Feria de Nueva York. Con motivo del certamen los organizadores realizaron un desfile con vestidos de la muñeca en la Waldorf Astoria de la ciudad de Sinatra. La expectación creada fue tal que una empresa norteamericana apalabró la compra de 80.000 muñecas a sus fabricantes. El pedido no pudo ser satisfecho por cuestiones de capacidad, y las relaciones entre las dos firmas se rompieron. La empresa se llamaba Mattel y dos años después lanzó la Barbie. Casi cincuenta años más tarde las dos muñecas ocupan un lugar destacado en el imaginario colectivo. Pero Mariquita Pérez ya galopaba en el sector juguetero cuando la rubia muñeca de formas estrechas e imposibles sólo balbuceaba.Desde la primera tirada de mil ejemplares, la producción se realizó en Onil (Alicante). Fue la primera muñeca en serie de cartón-piedra fabricada en España. El éxito fue inmediato. Y eso, a pesar de que cada muñeca costaba 100 pesetas, el sueldo de un mes de un operario. Elitista e inaccesible, esta "muñeca bien" fue ideada en 1939 por Leonor de Góngora. Poco tiempo después ya era la reina de los juegos de muchas niñas y el sueño inalcanzable de una gran mayoría que se tenía que conformar con una pepona de cartón de cinco pesetas. Una muñeca que sugería un estilo de vida lujoso que poco tenía que ver con la autárquica y austera España de la postguerra.

En la actualidad Mariquita Pérez es un objeto de culto y, desde el lunes, la representante del juguete español en el Museo de la Muñeca de París. "El mejor del mundo", explica Felipe Jouvert, uno de los dos socios de la empresa Nueva Mariquita Pérez. La firma retomó hace tres años la fabricación de esta muñeca que en los sesenta "había caído en el olvido" debido a una serie de avatares de los sucesores de Leonor de Góngora, y al desembarco de las multinacionales en el mercado.

Desde su reaparición, cada año salen de la fábrica de Onil 50.000 Mariquitas Pérez. De ese total sólo mil son de cartón-piedra. La empresa alicantina ha decidido lanzar esta línea utilizando los mismos materiales y procesos que en los años cuarenta. "Cada muñeca cuesta tres días de fabricar", explica Jouvert. Y su precio ronda las 100.000 pesetas. Una cantidad que no parece disuadir a sus incondicionales. "Tenemos una lista de espera de dos meses y medio", explica Jouvert. El resto de la tirada se realiza en vinilo y tiene un precio de 14.000 pesetas. Mariquita Pérez está dirigida "a las tres generaciones de mujeres que vivieron la época de la muñeca", comenta su fabricante. Además, "muchas niñas la piden" y por eso, han creado una versión pequeña. "De tamaño reducido, tipo modelo, pero antianoréxica, que respira salud".

El grueso de la producción se vende en España y sólo un 9% se exporta. "De momento, no damos a basto. Como están fabricadas de forma artesanal, aún no podemos fabricar más". En cualquier caso, la empresa espera destinar en cinco años el 40% de su producción a la venta en el extranjero. Y con el incremento de la producción, el de la facturación, que en 1999 fue de 250 millones de pesetas, este año alcanzará los 500 millones y en 2001 se espera llegar a los 1.000 millones.

Limitación productiva incluida, esta situación no evita que la muñeca sea reclamada en países como Estados Unidos. La otrora teniente O'Neil, Demi Moore, o Andy García son dos de los flamantes propietarios de la muñeca valenciana. El interés por Mariquita Pérez, sobre todo en el ambiente de Hollywood, es debido a la latente influencia hispana. De hecho, explica Jouvert, en los años cuarenta y cincuenta la muñeca era conocida como "la reina de Cuba".

Entre los planes de la firma está producir otras líneas de muñecas y fabricar ropa para bebé y zapatos. "También nos planteamos abrir tiendas de Mariquita Pérez en franquicia". La empresa quiere convertir a Mariquita Pérez en un producto de diseño, con accesorios y vestidos. Diseñadores como Raúl del Pozo, Alex Caprile o Francis Montesinos están preparando ropa para las muñecas que se subastarán en un programa benéfico de televisión.

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