Cambio de rumbo
El asesinato de Ernest Lluch a manos de ETA parece haber marcado un cambio de rumbo en la forma de afrontar la lucha contra el terrorismo y el análisis de los elementos políticos que subyacen en este tremendo problema. Por primera vez, desde hace mucho tiempo, se ha hecho pública otra manera de enfocar el asunto. No es casual la combinación de tres elementos, a mi juicio claves, para comprender este cambio: la personalidad política e intelectual de la víctima, el cambio de actitud del PSOE en su política hacia el País Vasco y el marco donde ha tenido lugar la multitudinaria manifestación de repulsa a ETA, Barcelona.Incuestionablemente, la actitud frente a la violencia y los crímenes de ETA debe seguir siendo clara, pero eso no debe impedir buscar soluciones políticas y no hurtar a la sociedad española, vasca, catalana, gallega, o como cada uno quiera definirse, un debate que ahora parece aflorar. Porque la sociedad, en general, sí puede asumir y soportar que haya diferentes visiones y proyectos de España, e incluso que se cuestione el modelo de Estado. Lo que no puede ni debe soportar es que la información se convierta, simplemente, en propaganda y que, con un sencillo golpe de timón, lo que ayer apenas si de podía decir sea ahora el recto parecer de amplios sectores de la opinión pública.
Por tanto, bienvenido sea este cambio de rumbo y ojalá, de ahora en adelante, se respete más la madurez de un pueblo que tiene derecho a ser efectivamente soberano, a conocer los problemas y alternativas reales y a no ser sólo potencial votante o mero consumidor de los medios de comunicación, fácilmente manipulable por aquellos que diseñan las estrategias políticas o mediáticas.- Salvador Ruiz López. Madrid.
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