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EL TEMPORAL AZOTA ESPAÑA

El desbordamiento de los ríos inunda decenas de pueblos en Galicia

Los embalses y los cauces de los ríos ya no dan abasto en Galicia para acoger el diluvio que cae sobre la comunidad desde hace dos semanas. Las lluvias volvieron a arreciar ayer y el caos se extendió por las cuatro esquinas de Galicia: los ríos se desbordaron, la mayoría de los embalses tuvieron que abrir sus compuertas, decenas de localidades sufrieron inundaciones, lo que obligó a evacuar un número sin determinar de viviendas, y numerosas carreteras comarcales estaban intransitables por el agua y los desprendimientos de tierra.

"Hacía 127 años que no se presentaba una situación de emergencia como ésta", declaró ayer, al término de la reunión de su consejo de Gobierno, el presidente de la Xunta, Manuel Fraga. Después de dos semanas sin tregua meteorológica, la lluvia ya se había convertido en asunto de debate político y hasta el PSOE se apresuró a pedir explicaciones sobre las medidas que está tomando el Gobierno autonómico.La mayoría de los principales embalses de Galicia tuvieron que abrir sus compuertas porque ya estaba al límite de su capacidad. Los desbordamientos se contaban por decenas, y no sólo los de riachuelos. El Miño se salió de su cauce al paso por Ourense, alcanzó la carretera que enlaza con Monforte de Lemos e inundó un centro comercial y decenas de bajos. A pesar de las advertencias de Protección Civil, que recorrió la ciudad megáfono en mano pidiendo precaución, cientos de ourensanos desafiaron a la lluvia y acudieron a las riberas del Miño para contemplar el impresionante espectáculo. El Limia también se desbordó al paso por Xinzo, una localidad próxima a Ourense, donde arruinó buena parte de la cosecha de patata, la principal riqueza agrícola de la zona, y obligó a evacuar a decenas de vecinos. En Ribadavia, la inundación alcanzó a un centro de salud.

Hasta última hora de ayer no había confirmación de ningún daño personal . La situación más dramática la vivieron los cuatro miembros de una familia de Pazos, en el municipio de Padrón (A Coruña), donde el río Sar también se salió de su cauce. La familia -una madre y sus tres hijos- se demoró recogiendo sus enseres mientras los servicios de Protección Civil les apremiaban a la evacuación junto a los habitantes de otras tres viviendas. Tanto tiempo estuvieron en el agua que tuvieron que ser atendidos de una hipotermia en el hospital Clínico de Santiago.

En Caldas de Reis, la Guardia Civil recorrió las calles del pueblo en lanchas zodiac para ayudar a los vecinos que se habían quedado aislados por el agua.

En Cambre, muy cerca de A Coruña, la gran preocupación son los desbordamientos del río Mero y el estado de la presa de Cecebre, donde el agua ha sobrepasado el límite de seguridad al estar recibiendo una media de cien metros cúbicos por segundo. El consejero de Política Territorial de la Xunta, Xosé Cuiña, comprobó ayer el estado del embalse y mostró su confianza en que se logre evitar el desbordamiento.

La muralla de Lugo, declarada la pasada semana por la Unesco patrimonio de la humanidad, también sufrió los rigores meteorológicos y la lluvia provocó el derrumbe de unos siete metros cuadrados de piedra. El suministro eléctrico sufrió numerosas averías en toda Galicia, y en Vigo, una ciudad caótica desde el pasado martes, los continuos cortes de luz obligaron a suspender clases y exámenes en la universidad. El parte de incidencias también alcanzó al mar, azotado por fuertes vientos: un mercante está a la deriva tras haber sido abandonado por sus seis tripulantes, y otro carguero y un yate tuvieron que ser remolcados a puerto.

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