En libertad el empresario de Georgia capturado tras Rodríguez y Tremiño
Medidas de emergencia
Valeri Samjaradze, el empresario georgiano secuestrado en las afueras de Ajmeta justo un día después que los españoles Francisco Rodríguez y José Antonio Tremiño, fue liberado la madrugada de ayer en la carretera del desfiladero de Pankisi tras pasar cinco días prisionero no se sabe dónde, sin sufrir malos tratos, comiendo lo mismo que sus guardianes y sin ver la luz: le taparon los ojos con una venda. Se calcula que hay en la zona otros ocho rehenes, incluidos los dos españoles.Samjaradze es un intermediario que comercia con madera para parqué de vivienda. La relativa coincidencia con las actividades de la empresa mixta hispano-georgiana Geomadera hizo que, por algún tiempo, se especulase con que los dos secuestros estuvieran relacionados entre sí. Pero él lo negó ayer rotundamente: no tenía tratos con los dos españoles, y se enteró por televisión de que habían sido capturados, poco antes de que él corriese la misma suerte. Según él, esta desgracia común es lo único que les une.
Dado que no se sabe quién les secuestró, ni por qué, ni dónde están, es difícil suponer en qué condiciones están retenidos los dos empresarios, aunque la experiencia de Samjaradze permite hacerse una idea. El pasado agosto, una italiana, una francesa y un georgiano que trabajaban para la Cruz Roja cuando cayeron en manos de una banda, cambiaron de celda cuatro veces, tras caminar de noche por senderos montañosos. Tampoco fueron maltratados y su prisión más frecuente fue un sótano sin luz. En cuanto a la comida, era monótona, y se basaba en tomate, queso y pan, una combinación a la que, con sorprendente sentido del humor, denominaron "hamburguesa a la Pankisi".
La situación creada en el noreste de Kajetia, y especialmente en el desfiladero, llevó ayer al presidente georgiano, Edvard Shevardnadze, a firmar un decreto que impone medidas de emergencia "para estabilizar la situación". El ex ministro de Exteriores de la perestroika aludió a que se sospecha que "servicios especiales de otros países" pueden estar en el origen de los últimos acontecimientos. Evidentemente, las sospechas apuntan a Rusia, desde donde se denuncia que los chechenos se mueven a su antojo, no ya sólo en Pankisi, sino en la misma Tbilisi.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.