La Generalitat debe asumir los criterios de la UE en la ampliación de Baquèira

El Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat deberá someterse a los criterios de gestión y conservación de espacios naturales de la Unión Europea para autorizar la ampliación de la estación invernal de Baquèira-Beret hacia el valle d'Àrreu (Pallars Sobirà). El proyecto, presentado hace un año por la empresa que explota la estación de esquí aranesa, se encuentra con una fuerte oposición por parte de numerosas entidades ecologistas y excursionistas de Cataluña.

Fauna y flora única

Un portavoz de Medio Ambiente, organismo que, al igual que los vecinos de la zona, siempre se ha mostrado partidario del proyecto, indicó ayer que el departamento se pronunciará al respecto antes de final de año. Sin embargo, también reconoció que la decisión depende en gran medida de la directiva comunitaria en materia de espacios de interés natural, conocida como Habitats, puesto que el valle d'Àrreu fue uno de los territorios propuestos en 1996 por la Administración catalana para formar parte de la futura red de espacios protegidos Xarxa Natura 2000, de la Unión Europea.Una de las fórmulas que el Gobierno de la Generalitat estudia para autorizar la ampliación sin vulnerar la normativa comunitaria consistiría en proponer una reducción del 40% de la superficie esquiable, pero no está claro que esta alternativa fuera aceptada por Baquèira-Beret, que prevé invertir 10.000 millones de pesetas.

El proyecto original supondría, en caso de ser autorizado, la creación de una nueva superficie esquiable de 154 hectáreas en las montañas de Àrreu; el actual dominio esquiable de la estación es de 825 hectáreas. Un entramado de 12 telesillas y varios remontes con capacidad para transportar a 27.000 esquiadores por hora conectaría la localidad de Sorpe, donde está previsto construir una gran zona residencial, con las instalaciones de la zona de Argulls, cerca del puerto de la Bonaigua, a más de 2.600 metros de altitud.

La Plataforma para el Desarrollo Sostenible del Macizo de Beret, formada por diversas entidades ecologistas y excursionistas de Cataluña, se opone al proyecto porque afectaría de lleno a una zona protegida y de alto valor ecológico, incluida en el Plan de Espacios de Interés Natural (PEIN) de la Generalitat, lo cual hace incompatible la construcción de nuevas pistas de esquí con la conservación de uno de los parajes más vírgenes que quedan en el Pirineo leridano.

Los responsables de la estación de Baquèira admiten que la ampliación de las pistas hacia el norte del Pallars Sobirà causará un severo impacto sobre la fauna, la flora, el paisaje y los ríos de la zona afectada, por lo que propusieron diversas medidas correctoras en el estudio de impacto ambiental que implicarían una inversión adicional de 400 millones de pesetas.

Los colectivos ecologistas argumentan que la ampliación de la estación y las pistas de esquí hacia el valle de Àrreu "provocará daños irreparables en una zona en la que se conservan ejemplares de fauna y flora únicos en el Pirineo, especialmente especies en peligro de extinción como la perdiz nival, el urogallo y la lechuza pirenaica".La plataforma ecologista, que el próximo lunes hará públicos en Barcelona nuevos informes que desaconsejan la ampliación del complejo invernal, presentó una alternativa que consiste en construir dos zonas de aparcamiento en la zona del refugio de la Verge d'Ares y reducir el número de telesillas de 14 a 2 para conectar el nuevo acceso a las pistas y la zona del Cap del Port. "Es una alternativa más racional y perfectamente compatible con el desarrollo económico de los pueblos del valle", señaló ayer el portavoz de la entidad ecologista Ipcena, de Lleida, Joan Vázquez, quien se mostró convencido de que el proyecto sólo puede prosperar "si se vulneran todas las normativas vigentes".