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El Ayuntamiento de Torrejón cierra tres meses una discoteca de 'bakalao' por exceso de aforo

El Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz ha impuesto una multa de un millón de pesetas y ha ordenado el cierre, durante tres meses, de la discoteca de bakalao Bachatta por exceso de aforo. La licencia de la sala sólo permite la entrada de 185 clientes, pero la Policía Municipal contabilizó 2.200 personas en una inspección efectuada hace 10 días. Un grupo de jóvenes se congregó ayer ante las puertas del Consistorio para protestar por el precinto municipal y amenazó a una vecina, quien tuvo que abandonar el Ayuntamiento escoltada por agentes policiales.

2.200 personas

La pista de baile de la discoteca Bachatta, de Torrejón de Ardoz (91.180 habitantes), se ha quedado desierta este fin de semana. Y deberá seguir así tres meses por orden del Ayuntamiento. El precinto municipal aparca la polémica suscitada en el barrio del Parque Granada por la actividad en el exterior de la sala. Los vecinos llevan cuatro años denunciando que, a las puertas de la discoteca, las pandillas de jóvenes campan a sus anchas: hay compraventa y consumo de droga, peleas nocturnas con gran escándalo, vandalismo contra los coches aparcados, sexo en el parque...Yolanda Menéndez, presidenta de la mancomunidad de vecinos Parque de Granada, lleva años denunciando la "inseguridad que padece el barrio a causa de los jóvenes que se reúnen en el exterior del local", según explicó ayer. A Menéndez le resultó chocante ver las puertas de la discoteca cerradas el fin de semana y ayer acudió al Consistorio para informarse de lo ocurrido, en compañía de la secretaria de la mancomunidad. Nunca habían pasado tanto miedo. A la salida del despacho del edil de Urbanismo, Francisco Martín Rojas, del PSOE, se toparon con un grupo de unos 20 jóvenes, entre trabajadores y afines de la dicoteca cerrada, que fueron al Consistorio para preguntar por el futuro de la sala. "Cuando salí por la puerta del despacho, los chicos empezaron a gritar: '¡Es ella, es ella! Por su culpa han cerrado la discoteca", según explica Menéndez.

Menéndez y la secretaria de los vecinos fueron perseguidas por los jóvenes por el interior del edificio consistorial. En un principio lograron darles esquinazo en una doble escalera situada junto al despacho del edil de Urbanismo. Bajaron con sigilo a la planta inferior y allí se escondieron detrás de un archivador, junto al despacho del edil de Seguridad. "Vimos a los jóvenes pasar por delante y entonces bajamos otra planta, hasta el despacho de la alcaldesa", explicó Menéndez. "Nos vieron cuando estábamos entrando en el despacho, y la alcaldesa -Trinidad Rollán, del PSOE- cerró la puerta y llamó a la policía", añadió. "Los policías nos escoltaron hasta su coche, nos metieron en él y nos llevaron hasta mi coche. Luego nos escoltaron hasta que llegamos al barrio", añadió la vecina. "Tengo miedo. Los vecinos no vamos contra la discoteca, sino contra la gente que se reúne fuera. Hemos denunciado ante la Delegación del Gobierno el tráfico de droga y los disturbios que padecemos. Pero no hemos recibido respuesta", lamentó.

Bachatta tenía un gran éxito de público. Demasiado para lo que le está permitido. Funciona con licencia de actividad como discoteca y tiene una capacidad máxima de 185 personas, según explicó el edil de Urbanismo.

La discoteca ha rebasado el aforo permitido. Una patrulla de la Policía Municipal de la localidad efectuó una inspección del local en la madrugada del sábado 25 de noviembre. Los agentes determinaron que la sala superaba con creces el aforo permitido: "Allí había unas 2.200 personas cuando el local no está preparado ni acondicionado para toda esa gente", aclaró Martín Rojas.El edil de Urbanismo afirma que ha ordenado el precinto del local porque "si allí ocurre alguna desgracia, uno de los responsables sería el Ayuntamiento por permitir que esa discoteca esté abierta en esas condiciones", aclaró ayer. "Bien es verdad que la discoteca ha solicitado la ampliación de la licencia, por la que pasaría de discoteca a sala de fiestas. Según esa nueva clasificación, el aforo permitido de la sala aumentaría de las 185 personas a las 1.185. Pero aun así seguiría incumpliendo con la normativa, dado que ha superado esa cifra", añadió Martín Rojas.

El exceso de aforo está calificado como "falta grave", según el edil, y "por eso conlleva una sanción tan contundente: el cierre y la multa de un millón de pesetas". "La sanción es sólo por una falta administrativa y no tiene nada que ver con lo que pueda ocurrir fuera del local, porque eso es competencia de la Delegación del Gobierno", concluye el concejal.

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