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Nóbeles

En pos del Premio Nobel de la Paz, el casi ex presidente Clinton movilizó a israelíes y palestinos para que avanzaran en su acuerdo y preparó un ejercicio de moviola a Apocalipsis Now al viajar en son de paz a Vietnam, el escenario de una guerra imperialista que el joven progre Clinton no quiso secundar. Así como el viaje a Ho Chi Minh le salió bastante bien, lo de israelitas y palestinos ha sido una catástrofe sangrienta y sólo ha servido para activar los mecanismos de una guerra que sigue siendo santa. Mal lo tiene, pues, Clinton para conseguir el Nobel de la Paz, pero, como decía Franco, no hay mal que por bien no venga y los premios Nobel de la Paz han sido a veces tan excesivos como los de Literatura.Tan excesivos, que prosera la demanda de retirárselos a Henry Kissinger, a la vista de la documentación que prueba el papel ejercido por la Administración Nixon-Kissinger en el holocausto del Cono Sur de América Latina, con personajes como Videla o Pinochet como matarifes delegados del sistema y a las órdenes del mismísimo Doctor Extrañoamor. La cátedra Unesco sobre Paz y Derechos Humanos, responsable de la Escuela de Cultura y Paz y de la Diplomatura de Cultura de la Paz, ubicada en la Universidad Autónoma de Bellaterra, dirigida por el polemólogo español Vicenç Fisas, ya ha enviado una carta a la Fundación Nobel pidiendo que desnobelicen a Kissinger. La Escuela de Cultura de la Paz cuenta con el respaldo de otros premios Nobel de los que no han matado a nadie, como Pérez Esquivel o Rigoberta Munchú, y promociona un Código de Conducta Internacional sobre Armas, suscrito por todos los Nobel de la Paz, menos por... Henry Kissinger.

Si recordamos el ataque de relativo pánico que padeció el ex valido de Nixon cuando Garzón convirtió a Pinochet en un exiliado en estado de sitio, comprobaremos lo interesado que estaba Kissinger en que persistiera la impunidad de los que en definitiva habían sido sus peones locales en la Solución Final americana, aquella década prodigiosa que incluyó la liquidación a tiro limpio del radicalismo revolucionario en Estados Unidos y la limpieza étnica de rojos al sur del río Grande. Actividades merecedores de cualquier premio, pero no del Nobel de la Paz.

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