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Teruel hace huelga general con cortes de carreteras para exigir más inversiones estatales

"Teruel existe, no es un chiste. Si el Ave para en Zaragoza, ¿por qué no en Alloza?". Era el escrito que rezaba en una de las pancartas que ayer pudieron verse en Andorra en la concentración de las doce de la mañana. Andorra, como Alloza, son pueblos de las cuencas mineras turolenses, parte de los 236 municipios de una provincia que ayer cerró empresas, comercios, centros públicos y privados y realizó cortes de carretera y ferrocarril para secundar una huelga general con el objeto de hacer oír su voz, que reclama inversiones estatales para subsistir.

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Reparto de caramelos

Convocada por los sindicatos y amparada por el movimiento "Teruel existe", el seguimiento de la huelga general sorprendió incluso a los convocantes. "Hace un año, en esta ciudad hablabas de huelga y a la gente le daba repelús. Hoy estamos todos en la calle". La frase es de José Antonio Pérez Cebrián, director de la Caja Rural de Teruel, que ayer no dejó de proclamar a los cuatro vientos la situación precaria de la provincia. Lo cierto es que los 136.840 habitantes de una provincia de 15.000 kilómetros cuadrados, con una densidad de 9,3 habitantes por kilómetro cuadrado, con sólo tres municipios que superan los 5.000 habitantes, se quedaron quietos y echaron el cierre. Cortaron carreteras desde las ocho de la mañana, incluidas las nacionales, los trenes dejaron de circular y las líneas de autobús aparcaron los vehículos en los garajes.

Toque de campanas

Teruel quedó paralizada, pero alzó su grito para reclamar 10.000 millones de pesetas en los Presupuestos Generales del Estado de 2001 para ejecutar obras de infraestructura y, sobre todo, para lograr "que alcancemos el siglo XXI", como proclaman los integrantes de la plataforma Teruel existe.

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Los sindicatos no ocultaban ayer su satisfacción por el éxito. Jesús García Duque, responsable de UGT en Teruel, insistía en el éxito de la convocatoria. Jesús Membrado, secretario regional del sindicato, hablaba de "la emoción de ver a mil personas en Monreal del Campo, abuelos y niños cortando la carretera para que se oyese su voz". Y es que pararon hasta los agricultores.

Desde las ocho de la mañana comenzaron los cortes de carreteras. Horas de parón que los viajeros soportaron con comprensión. Incluso en algunos puntos se les llegó a distribuir caramelos. La Guardia Civil repartió también complicidad: ser agente en la provincia hace entender las razones de un pueblo que no tiene ni un sólo kilómetro de autopista, ni comunicación directa con la capital de España por tren, sólo dos Uvis móviles, instaladas en Alcañiz y la capital, y que siendo la provincia más despoblada de España -ha perdido el 40% de la población en este siglo- es la única que no cuenta con Fondos Europeos del Objetivo 1 para regiones despobladas. Un caso único. Por eso, en las cuencas mineras, las sierras de Albarracín, Gúdar, el Maestrazgo o el Matarraña, el Bajo Aragón o la capital, el paro fue entendido y secundado. A pesar de que la patronal no lo apoyaba, los empresarios sí lo siguieron. En algunas empresas se repartirán los costes de la huelga.

Quienes no lo apoyaron y desaparecieron de escena fueron los dirigentes del PP, un partido que ganó en la capital en las últimas elecciones con el 52% de los votos -en la provincia con el 48%- y que tras haber soportado otra movilización el 1 de diciembre de 1999 y haber visto cómo el presidente del Gobierno, José María Aznar, era abucheado en Teruel, no sólo no redujo sino que incrementó sus réditos electorales en las elecciones del 12 de marzo.

El PP no entendía la protesta y su principal dirigente, el ex presidente de Aragón, responsable regional del PP y diputado nacional Santiago Lanzuela, turolense de Cella, estaba ayer desaparecido. En la capital el alcalde del PP, Manuel Blasco, consideraba la huelga inoportuna y aseguraba "que se están haciendo más cosas que nunca", mientras socialistas, Gobierno aragonés, IU y PAR afirmaban lo contrario. El PP habla de que en los presupuestos generales hay 20.000 millones para Teruel. Pero el PSOE sólo cuenta 11.000 porque, como afirma el diputado Gerardo Torres, "no se pueden sumar las ayudas del Fondo Especial para Teruel ni el plan de la minería". Los sindicatos reducen más esa cifra. Explican que no hay que computar las ayudas a las empresas públicas, y la realidad es que las enmiendas presentadas a los Presupuestos Generales por la oposición han sido rechazadas en el Congreso.

La provincia reclama 10.000 millones. "El aeropuerto de Sondika ha costado lo mismo", razona Plácido Díez, turolense de Fuentes Claras y director de informativos de la Cadena SER de Aragón. Diez mil millones para que Teruel levante cabeza. "No vamos contra el PP, exigimos a quien gobierna", decía ayer Andrés Varela, portavoz de la plataforma Teruel existe.

Pero el PP tenía ayer un regusto amargo. En Zaragoza, fueron los únicos que no estuvieron en los cinco minutos de silencio convocados por Las Cortes regionales. Sí salieron a la puerta del Ayuntamiento de Zaragoza, que se solidarizó con la provincia, al igual que el de Huesca.

El PP no entiende la huelga que hasta la iglesia turolense apoyó. Las campanas de la provincia tañeron a las doce y el vicario de la diócesis Teruel-Albarracín, Vicente Altaba, explicaba que "la Iglesia no es ajena al sentir de este pueblo y estamos encantados de apoyarle". Altaba sabe del envejecimiento de los turolenses -más del 30% son mayores de 60 años- y eso le lleva a decir: "Ayudamos a la gente a morir en lugar de ayudarle a vivir".Teruel exige compromisos porque está convencida de que tiene futuro. ENDESA, Oscar Mayer, PYRSA, Tableros Turolenses, las minas de la cuenca minera y de la central pararon ayer. Los polígonos de Teruel capital y Alcañiz cerraron sus puertas. Las concentraciones fueron un éxito, a las doce y a las cinco de la tarde en la capital y en Alcañiz.

En Teruel, un entierro medieval precedió a la manifestación, que congregó a más de 30.000 personas en la plaza de San Juan.

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