Al César...
Soy padre de una alumna del IES de Aguadulce número 1 y, en nombre de bastantes padres de la Zona Norte de Aguadulce, tras los acuerdos alcanzados para el transporte escolar, debo clarificar: Démosle al César lo que es del César. Que no es echen flores los señores de las asociaciones de padres de alumnos, pues todo se lo han dado bordado y los han llevado en volandas, y en algunos casos a la fuerza. Agradezcamos al delegado de Educación, Jorge Cara, y al alcalde de Roquetas, Gabriel Amat, así como a la concejala de Cultura, Eloisa Cabrera, su buena predisposición a negociar y solucionar el problema, pues desde el principio estaban concienciados de esta necesidad. Si se ha tardado algo más de la cuenta, las APA sabrán por qué.
No obstante, debo agradecer a las APA el que por fin podamos disponer de un transporte escolar en una zona peligrosa, ya que ellas son las que deben contratar el servicio. Siempre les recriminaré que no hayan puesto toda la carne en el asador.
Hasta el punto de que, ya sabiendo lo que vale el transporte, 340 pesetas por niño y día, sabiendo que Junta y Ayuntamiento subvencionan 240 pesetas y los padres tenemos que pagar 100, los señores de las APA quieren que ingresemos el total en cuentas domiciliadas, por adelantado y por tres meses (aproximadamente unas 20.000 pesetas por niño al trimestre) y cuando los organismos oficiales desembolsen las subvenciones, ellos nos devolverán la diferencia. Eso sí, hay que pagar la gestión bancaria.
Sinceramente, creo que siguen confundidos. Desde aquí llamo la atención de los padres para que sólo paguen las 100 pesetas que nos corresponden, por meses vencidos como es lo habitual en cualquier prestación de servicios. Eso sí, el padre y/o alumno que asuma este servicio debe cumplir con la obligación del pago. Aunque se podría haber negociado algo mejor, como pagar por bonos, y cada niño gastaría los que realmente utilizara. Pero en fin, todo se andará.
De todas formas, gracias a todas las partes, que ya en diciembre nuestros hijos podrán ir algo más seguros en un autobús al instituto.- Francisco José Maldonado Martínez. Aguadulce (Almería).
