Palabras
Hermosas palabras fueron pronunciadas el sábado en el Palacio de Congresos de Valencia, donde mujeres de los cinco continentes estaban constituidas en foro contra la violencia. Y terribles palabras sobre los malos tratos domésticos, las guerras, la explotación sexual y los dos millones anuales de víctimas de mutilaciones genitales. Las autoridades también leyeron las suyas, en estudiada sintonía y manifestación de buena voluntad.Pegada a una columna del vestíbulo, una página de EL PAÍS informaba del encuentro, y justo debajo teníamos la noticia de que el PP considera un despilfarro la creación de fiscalías especiales para los malos tratos. Tampoco la demanda de una ley integral contra lo que allí se calificó de "el crimen más extendido e inmune del planeta" está encontrando terreno abonado.
Se exigían igualmente estrategias para que las inmigrantes no caigan, o puedan abandonar, el oprobioso mundo de la prostitución. Pero la prensa del día daba cuenta del recorte de derechos en la reforma de la Ley de Extranjería. Se pidió menos militarismo y más prevención de conflictos. El coordinador, José Sanmartín, resaltó la necesidad de destinar recursos, de asegurar la igualdad de género en los presupuestos. Y como ya se sabe que las palabras son la materia de que están hechas las promesas, al final, Eduardo Zaplana clausuró, "asumiéndolo" todo, y hubo sinceros aplausos. El mismo día, José Vidal Beneyto publicaba: "¿Hasta cuándo van a seguir los profesionales de la política reuniéndose en conferencias y congresos, diciendo que van a hacer lo que saben que no pueden y/o no quieren hacer y confiando en que su simple enunciación pueda cumplir los propósitos que anuncian?". El sociólogo habla de ignorancia y cinismo. Yo añadiría "demagogia".
El foro fue probablemente caro, pero todo un éxito. En general, la cosecha de encuentros y jornadas está resultando abundante, y las palabras que en ellos se dicen, justas y necesarias. Pero al final, cuando el presidente se fue por la puerta lateral sin saludar a las Mujeres de Negro concentradas, nos pareció ver que a las suyas de ese día, también, las aventaban muy lejos las rachas del noroeste.
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