Elorrieta asegura que España es un país sin democracia en el que se persiguen las opiniones

"El actual marco no es democrático". Las palabras de José Elorrieta, secretario general del sindicato nacionalista ELA, resumen el pensamiento político que esta central va a aprobar en las resoluciones de su congreso el viernes y sábado próximos. ELA ya tiene redactadas las ocho resoluciones: seis de carácter sindical y dos políticas. Por un lado, mantiene la tesis de 1997 de que "el Estatuto está muerto" y, por otro, acusa al Gobierno central de "autoritario e involucionista" y a los medios de comunicación de "participar en la operación de linchamiento" del nacionalismo vasco. Para ELA se vive un momento en que los "tribunales antiterroristas" persiguen el "delito de opinión política".

La resolución más dura de ELA, titulada Contra la ofensiva antidemocrática del Estado español. Por los derechos libertades, arremete contra la actual situación política, en la que asume el papel de vícitima, y dice que "se ha pasado a negar el carácter democrático al conjunto del nacionalismo vasco". En este sentido, Elorrieta aseguró ayer ante los medios que se persigue el "derecho de opinión política con el uso de los tribunales especiales antiterroristas" y citó como ejemplo la operación judicial contra los defensores de la desobediencia civil. El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón actuó contra los promotores de la misma, a los que acuso de pertenecer al entramado de ETA.Los dirigentes de ELA, de acuerdo con el responsable de comunicación de la central, Germán Kortabarria, se sienten muy "preocupados" porque el "déficit antidemocrático es cada vez mayor" y nadie se encuentra libre de ser perseguido. "No es posible cambiar el marco democráticamente y se persigue el delito de opinión política. Todos los disidentes políticos seremos perseguidos. El que está de acuerdo con unos fines, aunque no con los medios, se convierte en cómplice", indicó Elorrieta antes de anunciar que, frente a esta "nueva cruzada", el sindicato va a animar a sus seguidores a "hacer frente por la vía civil" a esta situación.

Con unas ideas sustentadas en el acto celebrado en Gernika el 18 de octubre de 1997, en el que se deslegitimaba el Estatuto de Gernika, ELA sostiene que el marco jurídico y político actual "no es un marco democrático porque no acepta el ámbito vasco de decisión". Su crítica se hace extensiva a los medios de comunicación, de los que asegura en su resolución que, junto a los "aparatos de poder", tienen "más interés en participar en la operación de linchamiento que en ayudar a conocer y comprender, contribuir al debate de ideas y propuestas y explorar soluciones para el conflicto vasco".

Vigencia de Lizarra

La central nacionalista, que considera plenamente vigentes los contenidos del acuerdo de Lizarra, asegura "no regatear a ETA su responsabilidad en este estado de las cosas". Y apunta: "La reactivación de la estrategia armada y de otras formas de violencia y coacción constituye un verdadero desastre humano, social y político: destruye valores humanos básicos, corta procesos de colaboración que tanto cuesta echar a andar, diluye el debate sobre el conflicto político y abona el diseño del Estado de tratar la cuestión vasca en clave antiterrorista".El sindicato nacionalista describe, en palabras de Elorrieta, el panorama político marcado por una doble polarización entre la acción de ETA y el modelo que marcan la Constitución y el Estatuto. Su apuesta pasa por buscar un nuevo espacio frente a esta situación.

La central acusa además al Partido Popular de querer imponer la "España unitaria que inspiró el régimen anterior y reconducir el modelo apuntado en los inicios de la Transición hacia esquemas de mera descentralización administrativa o, como antes se decía, sano regionalismo". En referencia al PP también pide que se renuncie a convertir el "enfrentamiento en filón político".

Al ser preguntado sobre el déficit democrático del sindicato LAB, con quien mantiene una unidad de acción, Elorrieta remitió a la ponencia del congreso, donde se lamenta la falta de independencia de LAB respecto a quienes no condenan la violencia, pero se mantiene la apuesta, pese a sus dificultades.

ELA destina el resto de sus resoluciones a cuestiones del ámbito sindical: la negociación colectiva, las condiciones de mujeres y jóvenes, el contrato a tiempo parcial, la solidaridad social, el euskera en el trabajo y su militancia.