Los delegados, divididos entre "el concejal" y "el profesor"
Los discursos previos a la elección de ayer, en los que cada candidato debía defender su proyecto y convencer a los indecisos, marcaron ya las primeras distancias y tantearon los ánimos de los asistentes. La de Rafael Simancas fue una intervención exaltada, con tintes de mitin electoral -el edil se refirió varias veces a las elecciones municipales y autonómicas de 2003, "objetivo fundamental" de los socialistas- y arropada por los aplausos de los delegados. "Un mitin, muy propio de concejal de Ayuntamiento", según sus detractores; "un llamamiento apasionado a la unidad y la acción de todo el partido", según sus partidarios. Díaz apostó por un discurso más académico, plagado de elogios a Felipe González y a José Luis Rodríguez Zapatero, y escuchado casi en total silencio por el auditorio. A la salida, muchos delegados reconocían tener que dirimir su voto "entre el profesor y el concejal"."En mi candidatura están las ganas y la experiencia necesarias para acometer cambios profundos en la FSM", aseguró Simancas. El edil invitó a los delegados a recuperar el "impulso utópico" que acerque el partido a los ciudadanos y devuelva a la FSM el peso perdido en el conjunto del PSOE. Díaz dedicó gran parte de su intervención a expresar su identificación con los primeros gobiernos de Felipe González y, al mismo tiempo, con el "cambio tranquilo" encarnado por Rodríguez Zapatero tras su victoria en el 35º Congreso Federal del PSOE. Pidió un "cambio de lenguaje y estilo" dentro de "posiciones socialdemócratas" y apeló a la "sensibilidad social" del partido "ante los problemas de los marginados", aunque hizo pocas referencias a la realidad municipal y regional madrileña.
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