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Fracasa la reunión negociadora sobre la huelga de autobuses

La primera de las reuniones negociadoras entre Transportes Metropolitanos de Barcelona y los conductores de autobús se quedó en nada. No sólo no hubo acuerdo, sino que las partes se despidieron sin siquiera citarse para otra ocasión. Los trabajadores salieron criticando la cerrazón de la empresa; la dirección de la compañía, por su parte, rechazó que el comité laboral no ofreciera otra cosa que la aceptación en bloque de las peticiones de los trabajadores, que luego serían sometidas a votación de la asamblea.

Las relaciones entre la dirección y la empresa son tan malas que han tardado cuatro días en reunirse. Y a la salida de la reunión ambas partes daban por perdido el tiempo empleado en verse las caras.El director de personal de TMB, Miguel Bonilla, afirmó a la salida: "No hay un acuerdo ni posibilidad de llegar a él". En su opinión, los sindicatos persisten en reclamar "32 días festivos repartidos en 16 fines de semana completos y 16 días laborables", además de exigir la creación de una prima "por los 20 minutos de liquidación" (el tiempo que invierten en recoger y almacenar la recaudación). "La dirección de TMB ha realizado un acercamiento, pero los sindicatos reiteran su posición", siguió Bonilla.

El jefe de personal reveló que ayer la empresa no había efectuado ninguna oferta y expuso esta razón: "Los sindicatos han asegurado que no habrá acuerdo si no se acepta la totalidad de lo que piden". Según Bonilla, los representantes entraron en la reunión diciendo que eran "meros transmisores de lo que piden los trabajadores". En estas circunstancias, la empresa entiende que el comité está desautorizado para negociar.

Relaciones ácidas

Durante la reunión, que duró poco más de hora y media, unos 400 trabajadores de TMB se concentraron ante la sede de la empresa y lanzaron huevos y tomates contra el edificio, actitud que muestra a las claras la acidez de las relaciones, que se reproduce en las declaraciones, porque si la empresa afirma que los conductores reclaman reducción de jornadas, éstos sostienen que no es así.Los cinco delegados sindicales que asistieron a la reunión aseguraron que tenían voluntad de negociar, pero que "la situación la enconó la dirección", que no quiso entender que los trabajadores quieren "disfrutar de los fines de semana". Sin embargo, todos coincidieron en afirmar: "No pedimos hacer fiesta los fines de semana y trabajar menos (el tiempo perdido lo recuperamos). Pedimos los 16 fines de semana festivos y los 16 días laborables festivos, y recuperar este tiempo. La dirección de la empresa tiene que poner los medios para dar el mismo servicio a los usuarios los fines de semana".

"No hemos dicho que no vayamos a negociar si no aceptan nuestra propuesta, pero entendemos la negociación como un todo con distintos matices. Eso sí, no bajaremos de ahí. La empresas pide que no hagamos los 16 fines de semana y así difícilmente llegaremos a una solución", argumentaron los representantes de los huelguistas.

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El director general de TMB, Albert Busquets, por su parte, también ha entendido que los chóferes piden 16 días más de libranza: "El problema no es de 16 fines de semana, sino que se pida hacer 32 días más de fiesta y cobrarlos sin trabajarlos".

Barrios sin metro

Manolo S. Urbano
Manolo S. Urbano

Trabajo mantiene para hoy y mañana el horario de servicios mínimos de los días laborables

La respuesta de la compañía es que ninguna de sus peticiones para ampliar los servicios mínimos ha sido atendida y que, por más que se reorganicen las líneas, lo que es evidente, es que hay barrios enteros que carecen de otro método de transporte que no sea el autobús. El portavoz de TMB citó los casos de la Zona Franca (adonde el Ayuntamiento ha querido siempre llevar el metro, a lo que se ha opuesto el Gobierno catalán), Ciutat Meridiana, Sant Genís, el Carmel y, en general, toda la zona que será servida por la futura línea 9, es decir, la Barcelona que recorre la Ronda del Mig a partir de la Diagonal en dirección norte.La empresa recomienda a quienes necesiten desplazarse por Barcelona que utilicen el metro, los Ferrocarrils de la Generalitat y los servicios de Cercanías de Renfe. Las líneas del metro han sido reforzadas para paliar en lo posible los efectos de la huelga y asumir el incremento de usuarios que han optado por el suburbano.

De hecho, día a día ha ido aumentando el número de viajeros del metro. El martes la huelga cogió por sorpresa a muchos ciudadanos, pero el miércoles se registraron ya incrementos del 12% en el número de pasajeros que utilizaron el metro, el jueves superaron el 15% y ayer ya pasaban del 26% entre las 17.00 y las 21.00. Este aumento alcanzaba el 23% en la franja horaria sin autobuses y se mantenía en un 7,4% en las horas punta de la mañana.

Los autobuses, por su parte, han perdido un 70% del total de pasajeros habituales. La empresa calcula que un 60% de quienes utilizan el autobús en horario con servicio mínimo ha optado por algún tipo de solución que incluye el desplazamiento en metro. El resto de los pasajeros han optado por el coche, por el tren, por desplazarse a pie y por otros modos de transporte.

Con todo, los atascos que se produjeron ayer en la ciudad de Barcelona no fueron superiores a los de días anteriores, cuando el efecto de las primeras jornadas de huelga coincidió con la operación jaula puesta en marcha tras el asesinato de Ernest Lluch por un comando de ETA. Se repitieron en las horas punta en las entradas y salidas de la ciudad, pero se redujeron en el centro.

El Metro instala vigilantes en los andenes de algunas estaciones

"No se acerquen a la línea blanca. Esperen a que entre el convoy en la estación y a que tenga las puertas abiertas"; éstas son las palabras que los usuarios de algunas estaciones pueden oír de un empleado del metro provisto de un megáfono y situado en un extremo del andén, junto al semáforo que da paso al metro.La empresa Transportes Metropolitanos de Barcelona ha decidido instalar este tipo de vigilancia en algunas estaciones, aquellas en las que se producen más aglomeraciones, para evitar accidentes entre los usuarios.

En una nota hecha pública anteayer, la empresa ya sugería la posibilidad de que se produjera alguna caída a la vía en los momentos de máxima afluencia y responsabilizaba de este hipotético accidente al Departamento de Trabajo de la Generalitat por no haber sido más previsor a la hora de establecer los servicios mínimos.

Al mismo tiempo que hacía la denuncia, la empresa daba un paso más y organizaba un servicio de avisos consistente en un empleado provisto de un megáfono que repite los mensajes en cuanto advierte que va a llegar el tren a la estación. A veces, sin embargo, el usuario queda perplejo porque ni el andén está a rebosar ni los vagones van llenos ni mucho menos. "Yo pude sentarme perfectamente", aseguraba ayer una usuaria que tomó el metro en una estación con vigilante y al oír las advertencias se sintió impresionada.

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