El Gobierno renuncia a firmar con el PSOE un pacto contra ETA antes de las elecciones vascas
El presidente del Gobierno, José María Aznar, no tiene previsto entrevistarse con el lehendakari, Juan José Ibarretxe, en contra de lo que le ha reclamado el PSOE en las últimas horas. Y tampoco cree necesario suscribir con el primer partido de la oposición un nuevo pacto de Estado contra ETA en estos momentos. Sí ve necesario un pacto tras la celebración de las elecciones vascas, y con el compromiso de que las instituciones autonómicas afronten a fondo la lucha contra la banda terrorista. La Moncloa prefiere hablar en clave de crisis política de Euskadi, e insiste en que la solución pasa necesariamente por el adelanto de las elecciones autonómicas, cuya responsabilidad es del lehendakari.
La Moncloa sigue con "preocupación" las reacciones políticas, especialmente las del PSOE tras el asesinato del ex ministro Ernest Lluch, y con "irritación" la actitud del lehendakari Juan José Ibarretxe, que nunca, hasta ayer en Barcelona, había salido de Euskadi para sumarse a una manifestación contra ETA desde que la banda rompió la tregua, en enero pasado. Desde entonces, los etarras han asesinado ya a 21 personas.El Gobierno teme que el acercamiento del PNV al PSOE, puesto de relieve estos días, acabe envenando sus relaciones con los socialistas, que han sido de "estrecha colaboración" a la hora de afrontar la lucha antiterrorista en estos años del Ejecutivo de José María Aznar, superando incluso las vicisitudes surgidas tras la ruptura de los pactos de Ajuria Enea y de Madrid en marzo de 1998.
Los socialistas han tomado como bandera política presionar sobre Aznar para que dialogue con Ibarretxe para trabajar por la paz y para que firme un nuevo pacto de Estado contra ETA. Pero La Moncloa no cree conveniente el diálogo con el lehendakari. Más bien, al contrario, el Gobierno sigue apostando por no rebajar la presión sobre Ibarretxe, con la pretensión de que convoque las elecciones vascas cuanto antes.
La gobernabilidad
Aznar y su equipo de colaboradores más estrechos en política antiterrorista -el ministro del Interior, Jaime Mayor, y el secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos- argumentan a favor del adelanto electoral en Euskadi que no es posible separar la unidad de las fuerzas democráticas contra ETA de la gobernabilidad del País Vasco. "Cualquier solución al reto de ETA pasa por un adelanto de las elecciones y por un nuevo Gobierno vasco que afronte decididamente la lucha contra el terrorismo", insistían ayer en La Moncloa.De ahí, por tanto, el total escepticismo del Ejecutivo central por un diálogo con el lehendakari. "Con los planteamientos soberanistas de la actual dirección del PNV, que expresa persistentemente su presidente, Xabier Arzalluz, ese diálogo no serviría para nada", añaden.
El ministro del Interior y probable candidato del PP a lehendakari, Jaime Mayor, lo ha expresado reiteradamente estos días, de manera más tajante: "Hay una coincidencia de la ofensiva terrorista de ETA con una ofensiva política a favor de los mínimos del Pacto de Lizarra", a cargo esta última de la dirección del PNV.
Por ello, La Moncloa renuncia también a firmar un nuevo pacto contra ETA sobre la base del documento que le ha enviado el PSOE. "Lo primero es la convocatoria de las elecciones vascas", reiteraban ayer en La Moncloa. Además, a juicio del Ejecutivo central, el documento socialista reitera las bases de los pactos de Ajuria Enea y de Madrid, que el Gobierno ya está cumpliendo.
La alternativa del Gobierno central es ofrecer un nuevo pacto de Estado antiterrorista tras las elecciones vascas. "Ese pacto de Estado debe comprometer a las nuevas instituciones vascas a luchar decididamente contra el terrorismo", señala La Moncloa. "No es lo mismo que el lehendakari y el consejero del Interior sean Ibarretxe y Balza o un dirigente del PSOE y otro del PP. Las elecciones son fundamentales para una eficaz lucha antiterrorista", insistían las fuentes gubernamentales. También creen "fundamental" las elecciones para que el PNV "cambie el rumbo" y abandone su estrategia soberanista.
El Gobierno defiende la necesidad de mantener una "intensa y fluida" comunicación con el PSOE en política antiterrorista, "como la que ha existido estos años", a través de los cauces habituales. En este sentido, el Ejecutivo estima que sería un "disparate" que el PSOE decidiese tramitar por la vía parlamentaria su documento. "Ofrecería a la sociedad una imagen de división de los partidos, de la que los principales beneficiarios serían ETA y su entorno. Eso sí que sería vulnerar el Pacto de Ajuria Enea", manifestaron.
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