Unas relaciones laborales envenenadas desde hace años
La relación entre TMB y sus trabajadores está envenenada. El convenio (de cuatro años de duración) no fue suscrito por todos los sindicatos. Pero no es sólo un problema de convenio. Los trabajadores acusan a la empresa de negociar con prepotencia en el asunto de las libranzas en fin de semana. Afirman que llevan reclamando un cambio en el sistema de libranzas desde 1992 y que no hay forma de que la mesa negociadora al respecto, prevista en el último convenio, avance un solo paso. También niegan que el preacuerdo fuera en realidad un preacuerdo. Entienden que era una propuesta de la empresa que la asamblea de trabajadores rechazó en referéndum. CC OO y un sindicato independiente la apoyaron; UGT y otro sindicato independiente la rechazaron; CGT, como casi siempre, estuvo en contra. Pero lo más relevante es que el comité de empresa no podía aceptar propuesta alguna sin someterla después al refrendo de los trabajadores, según reconocieron miembros del comité de huelga.Esta situación ha disparado las alarmas de la dirección de TMB, que se pregunta con quién debe negociar las propuestas de los trabajadores. Ni el comité de huelga ni el de empresa tienen capacidad decisoria, y negociar con una asamblea es necesariamente complicado, además de abrir grandes incertidumbres sobre el resultado último de las conversaciones.
En esta tesitura, la dirección ha decidido retirar la propuesta hecha la pasada semana. Los trabajadores piden librar 16 fines de semana íntegros. La empresa ofreció 12, contando con la contratación de 280 nuevos conductores a principios de año. Y entiende que los trabajadores no acepta esta oferta y la retira. "El comité no puede pensar que lo ofrecido ya está ganado y que ahora empiezan las negociaciones donde terminaron el viernes. No. Hoy empezaremos de cero. No hay nada encima de la mesa".
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