"Lo que el hombre desea no lo puede decir en voz alta"
Cuando los teletipos dieron el nombre del ganador del Premio Café Gijón de Novela, toda la prensa se quedó alelada: Víctor Maña, de 39 años, natural de Rota (Cádiz) y profesor de italiano en la Escuela de Idiomas de Málaga desde hace 10. Nadie lo conocía. Dice a favor de un premio literario que se le otorgue a alguien sin currículo ni padrinos. La novela con la que ha ganado los cinco millones de pesetas del premio, De la lluvia sobre el fuego, saldrá publicada en enero en la editorial Algaida.Pregunta. Le habrá sorprendido el premio.
Respuesta. Sí, porque yo no escribo con conciencia de escritor. Ni estoy en ese círculo. Ni leo mucha literatura. Ciencias, historia, filosofía... son temas a los que les saco más provecho. Para escribir utilizo mis experiencias. No me hace falta otro escritor.
P. ¿Y dice que no sabe bien si es novela o ensayo?
R. ¿Y cómo tiene que ser una novela? Yo no lo sé.
P. Lo que sí cree es que su libro va a ser polémico.
R. Si hubiese escrito un libro de física cuántica iría a misa y nadie diría nada. Pero al tratar de las imposibles relaciones entre hombres y mujeres será polémico porque nadie quiere aceptar que es infeliz.
P. Así que aborda lo que pensamos los hombres de las mujeres y no nos atrevemos a verbalizar y viceversa.
R. Más o menos. Lo cierto es que los deseos de la mujer no son complementarios a los del hombre. Y ése es el problema. Unos y otras sentimos de manera diferente y esperamos cosas distintas del amor. Lo que pasa es que no se admite y se espera demasiado de la pareja. Ésa es la principal causa del desencanto amoroso.
P. ¿Cree que estamos demasiado atados a prejuicios culturales que van en contra de nuestra naturaleza?
R. Sí. El amor culturalmente está ahora planteado desde el punto de vista femenino. Una mujer dice lo que quiere y no pasa nada. Pero yo jamás he tenido entre hombres las conversaciones que tienen las mujeres. Lo que el hombre desea no lo puede decir en voz alta.
P. ¿Hombres y mujeres se equivocan entonces?
R. Creo que la mujer debería tener más válvulas de escape, para evitar la explosión de rabia, desencanto y culpa en la que acaba cayendo. Yo le aconsejaría no hacer tantas preguntas. Y al hombre, que accediese a los deseos femeninos de más palabras y cariño.
P. ¿Cree usted que sabe del amor?
R. El amor no sé lo que es. El enamoramiento es una reacción química de la que puedo describir sus efectos. Pero vamos, no sé más que otra gente. Los recién casados pensarán que menuda tontería de libro; los tibios a lo mejor se convencen y los fantasmas a la búsqueda son los que apreciarán mejor lo que cuento.
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