Los jueces actúan en Brasil contra una telenovela de tramas escabrosas
Fastidiarles a los brasileños una telenovela es como meterles los dedos en los ojos, hasta el punto de que la mayor grosería es visitar a alguien a la hora de una novela de éxito. De ahí la polémica tras la decisión de los jueces de obligar a la red Globo a retrasar el horario (de las ocho de la noche a las nueve) de la famosa telenovela Lazos de familia, en la que se abordan tramas escabrosas. También se pide retirar del reparto a los actores menores de edad, pero mientras llega la sentencia, la poderosa Globo no ha hecho ningún cambio.
Un adolescente que seduce a una mujer madura, un hombre a quien se lo disputan la madre y la hija, y una chica joven que para mantener a su hijo recurre a la prostitución componen algunos de los argumentos de esta telenovela. Por otra parte, los menores de edad que participan como actores en la producción presencian el rodaje de escenas donde abundan el sexo y la violencia.Los ciudadanos brasileños y el mundo político se han dividido. Las familias menos, pero también. El miedo es que a través de la decisión de los jueces sobre Lazos de familia pueda introducirse una censura en la televisión. Esgrimiendo esta razón, los ejecutivos de la red Globo organizarán incluso una manifestación de protesta de actores en Río de Janeiro.
Quienes aplauden la iniciativa de las autoridades alegan que todo tiene un límite y que la telenovela puede turbar a la sociedad, ya que aborda asuntos de adultos en un horario para todos los públicos, con actores menores de edad. Por supuesto, la Iglesia ha alabado las restricciones impuestas a la telenovela y se ha quejado duramente de que una universidad de Río haya cedido su capilla para rodar una escena considerada como un "insulto a la institución familiar".La polémica se encuadra en el afán de las televisiones para disputarse la audiencia, y generalmente el acelerador suele pisarse en los temas de violencia y sexo. De ahí el que en los últimos meses se hayan multiplicado los congresos y seminarios para discutir la delicada frontera entre censura y respeto a unos mínimos principios de ética y de decencia, sobre todo cuando están involucrados menores.
En un sondeo recién publicado por el Jornal do Brasil, el 96% de los encuestados se muestra descontento con los contenidos que ofrece la televisión.
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