Putin asegura a Blair que Moscú no se opone al Eurocuerpo

Concentrado dentro de Rusia en acumular poder, el presidente Vladímir Putin vistió ayer de nuevo el uniforme de estadista internacional, con el que ha sorprendido a numerosos líderes extranjeros. El primer ministro británico, Tony Blair, mostró en Moscú su convicción de que el líder del Kremlin intenta resolver los enormes problemas de su país desde una perspectiva correcta. Y Putin le retribuyó haciéndole ver que no se opone a la nueva fuerza militar humanitaria de intervención rápida integrada por 60.000 hombres que se creará en la Unión Europea (UE) y que está dispuesto a seguir negociando con EE UU sobre desarme. Blair y Putin se han entrevistado ya cinco veces en lo que va de año, y parece que hay entre ellos la misma química que Borís Yeltsin generó en su día con el canciller alemán Helmut Kohl y el presidente francés, Jacques Chirac. Ése es el clima que ambas partes confían que permitirá aumentar las inversiones británicas en Rusia. Por este camino se logrará mantenerla abierta al mundo.

Los dos líderes tuvieron tiempo de tomar el lunes por la noche unas cervezas en un pub de ambiente inglés, como dos viejos amigos, mientras comentaban el embrollo electoral en Florida. Y Putin, que una vez ironizó sobre lo que la superpotencia única podía aprender de la democracia rusa, se ha contenido ahora. "Hay que ser pacientes y mostrar respeto", señaló en una conferencia de prensa. Lo que allí ocurre, añadió, "refleja un cierto balance de todas las instituciones".

Sobre la fuerza militar humanitaria que la UE ha decidido crear, y en la que el Reino Unido tendrá una participación clave, Putin se mostró pragmático. "Estos procesos", señaló, "se desarrollan en Europa con independencia de que a Rusia le gusten o no, y no nos opondremos a esta tendencia". Es más, añadió que está dispuesto a intercambiar información y coordinar acciones en este campo.