Se acabó...

Poco a poco el servicio militar obligatorio va cubriendo etapas hacia su desaparición. Los últimos sorteos, dentro de unos meses las últimas incorporaciones...y ello es un motivo de celebración, de festejo que no debiera pasar desapercibido.Miles y miles de jóvenes no tendrán que soportar las mil y una humillaciones que desgraciadamente todavía se siguen dando en los cuarteles militares. ¿Desaparición fruto de una política de profesionalización de los estamentos militares o fruto de la respuesta popular que había dicho claramente "ya basta"?

Si bien no se puede negar que en la decisión última influye poderosamente la lógica de profesionalización, sería terriblemente injusto atribuir la desaparición de la mili únicamente a esa cuestión. Si algo ha generado malestar, indignación... es el servicio militar obligatorio. Esto se ha traducido en respuesta, en movilización. Los objetores de conciencia, los insumisos, todas aquellas personas que hemos dedicado nuestros esfuerzos y nuestro tiempo a plantar cara al sinsentido militar, hemos escrito una página, que será más grande o pequeña, en la historia por las libertades, por conseguir ser un poquito más libres, y por conseguir una sociedad más justa. Y eso nadie lo puede negar.

No me regodeo en el éxito, queda mucho por hacer contra la lógica y los hechos del militarismo y de los ejércitos, pero considero necesario escribir estas breves líneas como un pequeño reconocimiento a los cientos de jóvenes que han sido detenidos, encarcelados... por decir no a lo que hasta hace todavía no muchos años era ley de vida. Cuando todavía este pasado sábado dos jóvenes eran detenidos y encarcelados en la prisión militar de Alcalá de Hernares. Pese a ello hay motivos para la alegría, para un cierto grado de satisfacción. Tenemos motivos para la celebración.- J. M. Ferradas. San Sebastián.