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Explicarle a un sordo la Giralda

Un sevillano logra que Turismo reconozca el lenguaje de los signos como idioma para ser guía

Cuando Antonio Luis Domínguez de Celis, sevillano de 23 años, Tony para los amigos, decidió presentarse a las oposiciones a guía turístico para no licenciados que este año convocaba la Consejería de Turismo de la Junta, no sabía que iba a convertirse en pionero. Hijo de director de agencia de viajes, actor y profesor de doblaje en Sevilla y Granada, estudiante de Filología Árabe en su ciudad, amante del legado artístico que los árabes dejaron en Andalucía, Tony vio que esta convocatoria extraordinaria era su oportunidad para hacer una de las cosas que más le gustan en la vida: contar a otros el arte y la historia que encierran los monumentos.Pero resulta que para obtener esta calificación oficial que acredita como guía turístico había que, además de pasar cinco exámenes, hablar con fluidez al menos dos idiomas, aparte del materno. Con una memoria de caballo y enorme facilidad para los idiomas, Tony hablaba italiano con soltura. No era suficiente, claro. Entonces en la segunda casilla de la solicitud puso un lenguaje que dominaba desde que un verano en Matalascañas entabló amistad con tres compañeros sordomudos: el conocido como lenguaje de los signos. De hecho se trata de un idioma, pensó, y encima universal.

Ayer Tony pasaba con facilidad delante de una intérprete y otra profesora de este lenguaje su segundo examen de aptitud para el título en la escuela Oficial de Idiomas de Málaga. Aún le quedan tres exámenes de arte y cultura general que, salvo que sufra una lipotimia, parece que superará con facilidad. A la salida de la prueba le esperaban técnicos de la Consejería a los que la solicitud de Tony les dejó en su día boquiabiertos y ahora animan su decisión porque saben que ha abierto un precedente importante: en España no existen guías turísticos para sordos.

"Al principio no sabíamos qué hacer; discutimos jurídicamente si este lenguaje era un idioma o no; luego nos dimos cuenta de lo que representaba este caso y aceptamos la solicitud; esto supondrá que más gente que hoy no viaja porque nadie se ocupa de su problema sepan que hay al menos un guía en Sevilla que podrá explicarles la ciudad", apunta Enrique Vila, jefe de sección de Agencias de Viajes y Actividades Turísticas de la Consejería.

Pero es que el caso de Tony abre un campo aún inexplorado. "Resulta que la mayoría de los términos artísticos y arquitectónicos no tienen signos que los representen: ahora tú sólo puedes explicarle a un sordo extranjero términos como girola o arbotante mediante giros, o bien deletrearlo, y esto sólo lo puedes hacer en un idioma determinado", apunta Tony. "Así que tendremos que ponernos en contacto con la FAS (Federación Andaluza de Sordos) y otros organismos internacionales para ir creando signos específicos en este lenguaje para estos términos desconocidos para muchos sordos", añade.

Si la presión no le puede, Tony será guía oficial turístico en Sevilla a partir de febrero. Junto a él se han presentado otros 300 aspirantes a guía oficial para unas pruebas que pretenden regularizar el sector e impedir la competencia desleal. Quienes aprueben se sumarán a los 800 titulados que ya existen en Andalucía (300 en la provincia de Málaga) y entrarán en una profesión donde, si se hace bien, se puede llegar a ganar mucho dinero, hasta 20.000 pesetas diarias. Este hombre decidido y expresivo podrá entonces guiar por el Patio de los Naranjos a un sordo alemán o ruso. Eso sí, aunque parezca increíble, lo hará con su propio acento: que también en la lengua de las manos existen los dialectos. Sus gestos hablarán en andaluz, después de todo.

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