"España debe aportar más a la lucha internacional contra el narcotráfico"

Pino Arlacchi es el máximo responsable de la ONU para la lucha contra la droga, el crimen organizado y el terrorismo. De nacionalidad italiana y catedrático de Sociología, se hizo cargo de esa misión en 1997, después de media vida dedicada a combatir a la Mafia de su país. Arlacchi, de 49 años, opina que España está en el buen camino, pero cree que el Gobierno debe aportar más dinero al programa que él dirige desde Viena. Con ése y otros objetivos se ha reunido en Madrid con el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, y el delegado del Plan Nacional sobre Drogas, Gonzalo Robles.Pregunta. ¿Qué juicio le merece la política antidroga del Gobierno español?

Respuesta. En los últimos 15 años, España ha dado pasos de gigante en la lucha contra la droga. Estuve aquí por primera vez en 1984 y el problema de las drogas empezaba a cobrar un protagonismo considerable. Desde entonces se le ha dedicado mucha atención y se ha trabajado mucho y bien. En primer lugar, se ha frenado la expansión de la cocaína, que ahora mismo presenta una situación de consumo estable, mientras que se ha reducido en un 50% el número de adictos a la heroína, el mejor dato de toda Europa. También se ha producido una disminución considerable tanto del tráfico como del consumo de drogas sintéticas o de diseño. España es el cuarto país europeo en consumo de éxtasis, cifrado en el 0,8% de la población entre 15 y 64 años, pero sigue siendo el primer país europeo en consumo de cocaína, con un 1,4% de consumidores en la misma franja de edad. El ejemplo de España y el Reino Unido en la reducción del consumo de drogas de diseño está ejerciendo una influencia importante en nuestras decisiones. Este éxito se ha conseguido gracias a la calidad y a la cantidad de los recursos que España ha invertido en la lucha contra el problema de la droga. El Plan Nacional sobre las Drogas es un magnífico ejemplo para toda Europa que muchos países deberían seguir. Esto se debe a que el problema de la droga se ha abordado en todas sus facetas: el consumo, el tráfico, la producción y la cooperación internacional. Ese éxito es especialmente relevante porque España sirve de cabeza de puente al tráfico de cocaína procedente de América Latina.

P. ¿Qué le pide a las autoridades españolas?

R. En primer lugar, les pido que el Plan Nacional sobre Drogas tenga unos objetivos bien definidos en cuanto a cifras, siguiendo el ejemplo del Reino Unido. A raíz de la asamblea especial de la ONU sobre drogas, de hace dos años, el Reino Unido se planteó un objetivo bien claro: reducir el consumo a la mitad en un plazo de diez años.

P. ¿Es posible cumplir ese objetivo en España?

R. Sí. De hecho, en los últimos dos años ya se ha producido una disminución importante, sobre todo en lo que respecta a la heroína y a las drogas sintéticas. También quiero pedirle al Gobierno español que se implique más en el programa que dirijo y que aumente su participación, tanto política como financiera. España aporta medio millón de dólares [unos 100 millones de pesetas], pero es el quinto país de Europa en renta y en población, y su contribución debería ser sensiblemente superior.

P. ¿Le preocupan las actividades de la mafia gallega de la droga?

R. Naturalmente. Se trata de una organización criminal que tiene ramificaciones internacionales, pero creo que tiene un alcance limitado y no se encuentra entre los grupos más peligrosos.

P. ¿Será posible algún día erradicar el tráfico de drogas?

R. Se puede reducir mucho y podríamos volver a la situación de hace 30 o 40 años, cuando la droga era un problema mínimo. Para ello debemos erradicar las plantaciones y los almacenes de droga, aumentando las incautaciones y mejorando las investigaciones judiciales. De hecho, el consumo ha disminuido en los países ricos, la producción se ha reducido en los países pobres y han bajado también los precios y, por consiguiente, los beneficios de las organizaciones criminales.

P. ¿Qué opina sobre la estrategia antiterrorista del Gobierno?

R. La estrategia adoptada recientemente me parece muy eficaz y democrática, y opino que debe aplicarse con tranquilidad y con nervio firme. La derrota del terrorismo pasa sobre todo por el aislamiento de los terroristas por parte de la población. Eso es lo que sucedió en Italia a finales de los setenta. Más que la represión o las medidas policiales, lo que más contribuyó a acabar con el terrorismo fue el aislamiento al que se vieron confinados los terroristas. Cuando esto se produzca también en España, el terrorismo tendrá sus días contados, y creo que esto ya está ocurriendo en el País Vasco.