_
_
_
_
LA APERTURA DE FRONTERAS

Comienza el juicio de Karpin para ser considerado comunitario

Karpin asume el relevo. El futbolista ruso del Celta solicita ser tratado en la Liga española como comunitario y no como extranjero. Su demanda, que se verá hoy en un juzgado de Madrid, pretende que se equiparen los convenios de colaboración con la Unión Europea -como el que tiene Rusia-, con los de asociación -los que tienen los 13 países a cuyos deportistas los jueces ya les han reconocido derechos iguales a los de la UE-.

El proceso judicial de deportistas procedentes de los 13 países candidatos a ingresar en la UE (Estonia, Lituania, Polonia, Letonia, República Checa, Hungría, Bulgaria, Rumania, Eslovaquia, Eslovenia, Malta, Chipre y Turquía) resulta ya imparable. Abrió el camino el baloncesto, el estadounidense del TAU nacionalizado turco Sherron Mills, al que una juez de Barcelona, en su fallo, consideró comunitario a todos los efectos. Y siguieron la marcha la semana pasada dos juzgados de Vitoria que reconocieron los mismos derechos a otros dos jugadores del equipo vasco, los lituanos Timinskas y Stombergas.Las consecuencias de estos fallos son evidentes. Estos jugadores no ocupan plaza de extranjero, y, por tanto, el cupo limitado de foráneos por equipo según la normativa deportiva puede ser ocupado por otros. Actualmente, en España el límite de extranjeros permitidos en el baloncesto es de dos por plantilla; de cinco en el fútbol de Primera División.

No ocupar plaza de extranjero es uno de los objetivos de Valery Karpin, nacido hace 31 años en Estonia ( país que sí tiene firmado convenio de asociación con la UE), pero con pasaporte de Rusia (con convenio de colaboración). "La diferencia entre los términos asociación y colaboración es sólo de nombre y en la realidad su alcance es el mismo", argumentó el abogado de Karpin, Álvaro García Alamán, que incide en que el futbolista se vio obligado a elegir nacionalidad cuando Estonia se separó de Rusia.

Karpin presentó hace meses una demanda contra la Federación, la Liga Profesional y su club por no tramitarle la licencia deportiva como comunitario. El jugador se siente discriminado porque entiende que los rusos que residen en España no pueden ver limitados sus derechos en materia laboral por su nacionalidad. Y apela al acuerdo de colaboración entre Rusia y la UE.

Su club, el Celta, según su abogado Pablo Viana, entiende que el jugador "defiende una causa justa" y le considera comunitario. El club vigués no se opone a la demanda de Karpin. Negocia la renovación del futbolista, cuya cotización se puede encarecer de ser considerado comunitario, pero el club considera que sus intereses también pueden salir beneficiados.

La federación, defendida por José Luis Fraile, estima que, de las leyes laborales y deportivas, no se deduce la condición de comunitario en Karpin. Este argumento fue el que el mismo abogado defendió y ganó en la demanda similar de otro jugador ruso, Viktor Onopko, del Oviedo. En este último caso, el juez estimó que la jurisdicción laboral no era la competente. Y dejó a Onopko como extranjero según los criterios federativos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_