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Instantáneas castizas

¿Cuál es la imagen fotográfica que mejor refleja el carácter y el espíritu de Madrid? Probablemente no existe una respuesta clara para esta pregunta, pero al menos cerca de 4.000 madrileños se dieron ayer a la tarea de averiguarlo. Cámara en ristre, un batallón de apasionados, aficionados o simples simpatizantes de la fotografía tomaron las calles del centro de la ciudad para participar en el primer maratón fotográfico de Madrid, organizado por los comerciantes del sector. Este acto inauguraba la que se ha denominado como la Foto Quincena Madrid.Para participar en el maratón sólo hacía falta una buena cámara fotográfica, profesional o no, y una gran dosis de imaginación. Los concursantes, a los que se les entregó un carrete de sólo doce fotos, tenían que retratar, como temas obligados, el Rastro, los vendedores de sellos de la plaza Mayor y los chulapos y chulapas que contrató la organización para que actuaran en la plaza. También debían escoger un tema libre cuya esencia fuera el domingo en la capital española. El ganador de este singular concurso recibirá 1.000.000 de pesetas en metálico. Además, los participantes podrán apreciar su mejor fotografía expuesta en una gran muestra que se instalará del 23 al 26 de noviembre en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo.

Encarnación, una estudiante de fotografía que dice haber viajado por medio mundo, estaba segura de que tenía pocas probabilidades de conseguir el millón de pesetas. Pero, aun así, hacía su mejor esfuerzo. Como tema libre propuso la foto de un indigente tumbado en el suelo, justo al lado de un cajero automático. "Quería retratar el contraste entre la riqueza y la pobreza", dijo.

En el Rastro, lo que más le llamó la atención fue un perro que se movía desorientado entre un mar de gentes que caminaban de un lado a otro. "Es que siempre voy buscando historias", dijo.

Aude, una estudiante francesa, tampoco tenía muchas esperanzas de conseguir un premio. Para ella, la imagen que mejor refleja esta ciudad es la noche. "Sí, me quedo con el Madrid nocturno. Con la calle". Con su cámara F90-Nikon Aude se concentró en la gente que leía el periódico en cualquier esquina, en cualquier rincón. Gente que descansa y que de vez en cuando se sumerge también en el barullo dominical de Madrid.

Jesús, un padre de familia, se lo tomaba con menos pasión. "He venido con mi hija de seis años a pasar un buen rato. No vengo buscando el kilo. Nos comemos un bocadillo de calamares, damos una vuelta y nos volvemos a casa", señaló Jesús.

En su particular maratón, Jesús dice haber descubierto cómo transcurre el domingo para los niños madrileños: "Los que vienen a la plaza se pasan el día dando de comer a las palomas". "Aunque también hay mucha gente que huye en cuanto intentas tomarle una foto".

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