La nueva vida de Ronaldo
El médico que dirige su rehabilitación en Francia afirma que si el jugador quiere puede volver
Patrick Middleton enarca las cejas sorprendido por la pregunta y responde sin titubeos: "Ronaldo puede recuperar su rodilla, sólo necesita tiempo". El médico francés se ha convertido en la esperanza del genio brasileño, lesionado el pasado 12 de abril durante el Lazio-Inter seis minutos después de saltar al césped, 144 días después de abandonar los estadios para operarse la misma articulación. Ese día, Ronaldo lloró de amargura en los vestuarios. Al día siguiente, otro médico francés, Gérard Saillant, intervino en París la rotura del tendón rotuliano de su rodilla derecha, operada por tercera vez en dos años. Hoy, Ronaldo sonríe a menudo, pese a encontrarse recluído en el Centre Européen de Rééducation du Sportif (CERS), el centro que Middleton, el Inter de Milán y el resto de especialistas consideran más adecuado para asegurar el éxito de su recuperación.Médico del desaparecido Matra Racing del fútbol francés, Middleton insistió en hacerse cargo del brasileño en Capbreton, en el seno de un solitario edificio de cristal y ladrillo que destaca junto a las dunas de la playa. Un lugar único en el continente que sólo acepta a deportistas: casos difíciles o desesperados -el perfil de Ronaldo, deshauciado quizá prematuramente-. "Estuve en el aeropuerto cuando Ronaldo regresó de Estados Unidos, y me encontré con un joven (23 años) triste, un poco perdido e inquieto. Mi opinión ahora, contrastada con su fisioterapeuta brasileño, es que ha ganado mucha confianza porque tiene la impresión de que esta vez sí, se está recuperando", estima Middleton, que siguió a distancia las evoluciones del jugador del Inter y optó finalmente por supervisar in situ su trabajo. La estancia de Ronaldo en el CERS carece de una fecha de salida pero no de unos planes estrictos y atendidos al milímetro por médico y paciente. Middleton traza sus objetivos semana a semana, después de reunirse con Ronaldo los lunes y los jueves: "Es mi forma de trabajar -aclara el médico- porque yo no sufro la presión del club, ni de la prensa o la afición. Yo trabajo tranquilo". Ronaldo, en cambio, ejercita su rodilla no menos de seis horas al día.
Desayuna a las 7.30 y se une a su grupo de trabajo una hora después. Siempre puntual y dispuesto: "Es un hombre muy riguroso; cuando se ejercita, se ejercita, y nadie puede interrumpirle", aclara Middleton. Los primeros ejercicios matutinos pretenden mejorar la flexión de su rodilla y de los músculos de la misma con un tratamiento en seco en seguida complementado con una sesión de bañoterapia. En el agua, Ronaldo trabaja el dibujo de los apoyos que por la tarde repetirá en tierra firme. La hora de la comida está estipulada entre las 12.00 y la una del mediodía. Media hora más tarde, el brasileño entra por la puerta de un completísimo gimnasio que abandona hora y media después, después de muscularse, ejercitar su flexibilidad, fortalecer su rodilla maltrecha con ejercicios de prensa y pedalear para realizar un leve entrenamiento cardiovascular.
Aprender a correr
En el CERS hay dos tipos de pacientes: los recién operados y los que se enfrentan a la última fase de su recuperación. Ronaldo figura entre estos últimos, por eso pueden exigírsele numerosos sacrificios. Middleton considera una tarea fundamental reeducar el gesto atlético del jugador: en otras palabras, aprender a correr de nuevo. Un fisioterapeuta del centro guía a Ronaldo en el jardín anexo:carrera al ralentí, gestos precisos y estudiados, consignas breves, parada. A Ronaldo le sobran no menos de siete kilos, lo dice su médico. No es grave, según opina Middleton: "Ronaldo necesitará al menos ocho semanas de entrenamiento con su equipo antes de imaginar su regreso a la competición. Con todo, durante los primeros meses tras su reaparición no jugará a su máximo nivel".Middleton recibió el jueves un correo electrónico de los servicios médicos del Inter, encantados con los progresos y la buena actitud de su jugador. El jefe médico del club se presentó ayer en el CERS para estipular la salida de Ronaldo, pero Middleton no tiene prisa y desconfía de los galenos italianos: "Los médicos de los clubes trabajan mejor con los sanos que con los enfermos, y éstos no pueden estar en ningún sitio mejor que aquí", razona sin prepotencia. Media hora después, se acerca embutido en su bata blanca hasta el jardín donde Ronaldo estira su cuádriceps. Un gesto amistoso, una breve conversación, risas y Middleton desaparece por la puerta del CERS.
Han transcurrido ocho meses desde que el doctor Saillant intervino la rodilla de Ronaldo. En todo este tiempo, las especulaciones han jubilado a Ronaldo o le han augurado un futuro oscuro como futbolista. Middleton sonríe y precisa: "Ronaldo tiene que trabajar mucho pero nada indica que no pueda recuperarse. A veces, un paciente que supera un problema articular puede no recuperarse por un problema psicológico, y lo mismo a la inversa. Si Ronaldo quiere, puede volver".
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