Solana advierte que la globalización traerá fricciones entre Europa y EE UU
Piqué pide que el BCE tome ejemplo de la Reserva Federal americana
Con la supremacía comercial hemos topado. El máximo representante de la política exterior y de seguridad europea, Javier Solana, auguró ayer un escenario de "roces comerciales" entre Estados Unidos y sus aliados de la Unión Europea, a remolque de la globalización. "Cada vez habrá más fricciones, y debemos vigilar que no nos conduzcan a tensiones en materia de seguridad", advirtió Solana, que dio a los empresarios reunidos por el Círculo de Economía su visión sobre el papel económico y político de Europa
El entendimiento entre la Unión Europea y Estados Unidos abarca las grandes "cuestiones estratégicas" de su común agenda exterior y de seguridad, ya se trate de las relaciones con Rusia, los Balcanes, China o la explosiva realidad de Oriente Próximo, donde Europa se está abriendo cierto protagonismo político a diplomáticos codazos.Pero la fluidez de la relación transatlántica, soldada bajo el paraguas de la OTAN, se desdibuja en la actual carrera por el control de los mercados. "Me preocupa que cada vez tendremos roces comerciales mayores", subrayó mister PESC, quien predijo el fin de "los acuerdos bajo la mesa" entre americanos y europeos en la Organización Mundial del Comercio (OMC), la institución que arbitra los choques comerciales.
Solana ilustró sus temores evocando el ceño fruncido del presidente en funciones de Estados Unidos, Bill Clinton, en la última cumbre transatlántica, en cuanto emergió en el debate que, en la rivalidad aeronáutica entre norteamericanos y europeos, Airbus se ha comido el 50% del mercado, pasando página a la supremacía de la estadounidense Boeing. El equipo directivo del consorcio aeronáutico europeo -hoy ya una empresa participada en un 80% por EADS (la alemana Daimler Chrysler, la francesa Aerospatiale Matra y la española CASA) y en un 20% por la británica BAE Systems- presentó el verano pasado la nueva compañía como un ejemplo de lo que puede conseguir la coordinación entre industrias de distintos países de la UE.
Reforzar el 'Eurobanco'
Ante el mismo foro empresarial, y puesto por el público en el aprieto de analizar la controvertida actuación del Banco Central Europeo (BCE) en el desinflamiento del euro, el ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, reclamó más "medios e instrumentos" para el Eurobanco. Piqué deslizó críticas al funcionamiento de la entidad, al reclamar que el BCE hable "con una sola voz" que no desafine en el coro de los 15 ministros de Economía y Finanzas de la UE y, sobre todo, que se parezca "cada vez más" a la Reserva Federal norteamericana.
El ministro se aseguró de pedir un refuerzo institucional para el BCE que "no cuestione su independencia". Ésta, sobre el papel, supera la de su equivalente de Estados Unidos. Al margen de las diferencias en las prioridades de ambas entidades -la europea se centra en exclusiva a combatir la inflación; la norteamericana, también en fomentar el empleo y en contribuir a unos tipos de interés a largo plazo moderados-, el núcleo duro que dirige el banco de Francfort, nombrado por el Consejo Europeo, escapa al control político, salvo el voto consultivo al que tiene derecho el Parlamento Europeo. La Reserva Federal, en cambio, necesita del respaldo del Senado, mientras que el Congreso puede modificar su estatuto.
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