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Escenarios para jeques

Potentados afincados en Marbella pagan cifras multimillonarias por la decoración de sus mansiones

De estudiante forró su apartamento con papel de plata y latas. Ahora, a sus 45 años, Jean Pierre Martel es uno de los decoradores más solicitados de la Costa del Sol, donde ha hecho de todo, desde casas hasta barcos. "Sólo me falta decorar un tanatorio", apunta este francés afincado en Marbella. Lo cierto es que el diseño interior de edificios tan emblemáticos y lujosos de la zona como la discoteca La Notte, el restaurante La Meridiana o Gray D'Albión son obra suya.En la actualidad continúa su andadura con una firma cuyas oficinas están situadas en plena milla de oro. Tiene clientes de todas las nacionalidades y viaja constantemente. "La gente te pide de todo. En Marbella es divertido trabajar, porque te permite hacer cosas que no harías normalmente", explica Martel. Asegura que lo que busca el cliente es "confort, lujo y originalidad", y subraya como uno de los requisitos indispensables de un buen decorador la psicología: "Si no eres un buen psicólogo, no trabajas", dice.

El auge urbanístico que experimenta Marbella ha dado lugar a un sinfín de nuevas mansiones y apartamentos de alto nivel, cuyos compradores requieren casi siempre los servicios de decoradores. Muchas veces los propietarios no les dan ninguna premisa; dejan en sus manos hasta el último detalle. En ocasiones trabajan en torno a un presupuesto fijado, que suele ser millonario, aunque los hay que ni establecen una cifra base.

El propio Martel tuvo en una ocasión el encargo de un potentado árabe de realizar un palacio de 10.000 metros cuadrados sin importar su coste, aunque señala que si un proyecto le gusta no le importa trabajar con un presupuesto bajo.

También Fernando Cervigón, experto en pintura mural y decorativa, explica que en la costa "el cliente suele dar más importancia al trabajo que al presupuesto". Cervigón, de 39 años, es un mago en el arte de transformar paredes vacías en falsos mármoles, columnas, selvas amazónicas, paisajes griegos, balaustradas y todo aquello que alcance la imaginación. Sus pinturas, dice, "tratan de adaptar la decoración a la arquitectura". Algunos de sus murales adornan casas de La Zagaleta, que, según este arquitecto técnico, "es después de Beverly Hills la urbanización más lujosa del mundo".

Las decoraciones más caras son las que reúnen antigüedades, que pueden hacer que el metro cuadrado supere en ocasiones los dos millones de dólares. También los cuadros encarecen el trabajo. Para el interiorista cordobés Ángel González, la tela es el factor que más aumenta el precio de una decoración. Tapizados y cortinas de un dormitorio suponen cientos de metros de tela, cuyo precio oscila en ocasiones en torno a las 30.000 pesetas el metro cuadrado. González, de 56 años, lleva los últimos 15 en Marbella, donde se ha encargado de la reforma y decoración interior de mansiones en Nueva Andalucía, Valle del Sol o Sierra Blanca, que han alcanzado los 400 millones de pesetas.

Hace pocas semanas concluyó el encargo de un alto mandatario de Dubai, que le dio total libertad para decorar su apartamento de 300 metros cuadrados en el hotel Kempiski. En el proyecto, que ha costado 200 millones de pesetas, no ha escatimado detalles: tiradores con baño de oro, jacuzzi con cortinas automáticas, vajillas de Versace y muebles y accesorios diseñados exclusivamente para el cliente. Cuando le piden un proyecto es partidario de hacer "hasta 40.000 preguntas de todo tipo". Nada se deja al azar en un decorado perfecto.

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