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Un psiquiatra de 85 años muere asfixiado en el incendio de su vivienda

Un médico psiquiatra de 85 años falleció en la madrugada de ayer asfixiado por la inhalación de humo durante el incendio de su vivienda, según informó un portavoz del Servicio Municipal de Extinción de Madrid. El fuego se desató por un cortocircuito en el dormitorio del fallecido, según las primeras hipótesis de los bomberos. A las tres de la madrugada, unos vecinos acudieron en ayuda del anciano y lo encontraron muerto, tendido en el pasillo de su vivienda.El octogenario Rafael Thomas Mendaza vivía solo en su piso, el tercero derecha del paseo del Prado, número 46. Mientras dormía, su casa se quemaba. El humo se iba expandiendo por los 200 metros cuadrados de la vivienda. Thomas se despertó y se dió cuenta de lo que ocurría. Comenzó a gritar pidiendo auxilio. Sus vecinos le oyeron.

Una vecina del segundo piso, situado bajo el de Thomas, comentó: "Mi familia y yo estábamos durmiendo cuando comenzamos a escuchar gritos en el piso de arriba. No era la primera vez que ocurría algo así durante el último mes. Pero en esta ocasión se escuchó un estruendo y los gritos se apagaron", explicó la joven. "Mi padre abrió una ventana de la vivienda que da al patio interior y le entró una humareda...", añadió.

El padre de familia avisó a otro vecino y a la portera del inmueble. Los tres subieron al piso de Thomas. "Le pegaron una patada en la puerta para entrar y vieron que el piso estaba inundado de humo. No se veía ni a un metro de distancia. Entonces llamaron a los bomberos y la policía", añadió.

El anciano trató de escapar de las llamas y del humo, pero no llegó a alcanzar la puerta de la vivienda para salir al exterior. Cayó en el pasillo de la vivienda. Allí murió por la inhalación del humo. Su cadáver no tenía sígnos de haberse quemado.

Los bomberos entraron en la vivienda y se encontraron con el anciano en el pasillo, en parada cardiorrespiratoria. Los sanitarios del Samur trataron de reanimarle, sin éxito, durante más de media hora.

Thomas era viudo y tenía dos hijos. Uno de ellos le llevó el pasado martes a una consulta médica porque en el último mes su estado físico había empeorado. "Era un hombre elegante, educado, amable y con muy buena planta", concluyó un vecino.

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