La conexión valenciana de la calle 54
Chico O'Farrill y Bebo Valdés, dos glorias legendarias del jazz latino, ofrecerán sendos conciertos esta semana en el Teatro Principal de Valencia. En ambos casos se trata de una visita inusual. O'Farril nunca había hecho una gira por España y "no es fácil que se repita", aventura su promotor, el valenciano Julio Martí. En cuanto a Bebo Valdés, que dirigió Tropicana y la orquesta de Beny Moré antes de salir de la isla, cumplió el mes pasado 82 años y ha vivido felizmente enamorado en Noruega las últimas décadas sin apenas prodigarse por el exterior. O'Farrill y Valdés forman parte de la gira Los músicos de la calle 54, que lleva a siete capitales españolas algunos de los participantes en la película del mismo nombre que ha dirigido Fernando Trueba. "Es el primer desembarco que hacemos con los protagonistas de la Calle 54, para presentarlos individualmente", explica Julio Martí, "y más tarde, ya hacia el verano, haremos algún programa conjunto con varios de ellos". Martí es director del Colectivo de Promoción del Jazz, que este mes precisamente celebra su 20 aniversario y organiza toda la gira. Este médico que hace tiempo decidió convertirse en empresario musical, se ha ocupado también de la producción artística del doble álbum Calle 54 y de la producción musical de la película, cuya música se grabó en Nueva York a principios de enero de este año."La idea que se barajó inicialmente era con varios lugares de grabación, por los músicos, pero convencí a Fernando de que era mejor hacerlo en un solo sitio", recuerda el promotor valenciano. "Yo tengo predilección por los estudios de Sony Music, que están en la calle 54", reconoce Martí, "y apostamos por ellos, aunque supuso una espera de cuatro meses porque no estaban libres hasta enero de 2000". La ubicación de esos estudios, en la que permanecieron dos semanas filmando y grabando es la razón de que la película tenga el nombre que tiene. "Tratábamos de captar la música en el momento de máxima creación", comenta el productor, una de cuyas tareas era "mentalizar a los músicos para que se convencieran de que era algo muy diferente a un programa de televisión más o una sesión publicitaria". Martí conocía a todos los músicos "personalmente", menos a Bebo Valdés, que, sin embargo, "ha sido el gran descubrimiento de este trabajo". De hecho, le ha producido un álbum que será editado por Lola Records, el sello que preside Martí y del que son socios el propio Trueba y el productor cinematografico Andrés Vicente Gómez.
A la pregunta de por qué se eligieron unos músicos y no otros para representar el jazz latino en la película, responde: "Queríamos una paleta de colores diversa, que reflejara diferentes matices y escuelas. Eso supone un equilibrio difícil de conseguir. Podía haber entrado algo más de percusión y de hecho lo intentamos con Mongo Santamaría, pero no pudo ser". Cuenta también que, mirando hacia los músicos más jóvenes, intentaron también contar con David Sánchez y Danilo Pérez. "Pero se trataba de que tocaran juntos, cosa que no aceptaron", concluye. El doble álbum de la calle 54 fue grabado en vivo simultáneamente a la película, por lo que Julio Martí debía dar el O.K. detrás de la mesa de sonido antes de que Trueba dijera "¡acción!" a las seis cámaras allí dispuestas. "Con ningún músico hubo que hacer más de tres tomas y eso pasó contadas veces", asegura. Una vez concluida la filmación, el productor valenciano y algunos músicos tuvieron algunas sesiones adicionales, ya sin cámaras, para completar con tres bonus tracks los veinte minutos que faltaban para un álbum doble.
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