Evitar la 'fractura digital' en Cataluña depende de 60.000 millones
Evitar que las poblaciones catalanas menos rentables para los operadores de cable se queden descolgadas del despliegue de fibra óptica costaría, como máximo, 60.000 millones de pesetas, según los primeros cálculos del consorcio Localret, que agrupa a 745 municipios catalanes de todos los colores políticos.A juicio de Jordi Valls, presidente de esta entidad y alcalde de Manresa, el coste máximo estimado para la extensión del cable "no es tan elevado" como para que se corra el riesgo de que una parte de Cataluña pierda el tren de la modernización tecnológica. La misión de Localret es, precisamente, evitar la fractura digital del territorio.
Pese al acento que la Secretaría para la Sociedad de la Información de la Generalitat pone ahora en las nuevas tecnologías alternativas al cable, Localret continúa apostando por éste "como la mejor tecnología" para garantizar las comunicaciones de banda ancha.
Tras constatar el retraso del cableado de Cataluña, pese al acelerón de los últimos meses, y el riesgo de que los operadores se olviden de los pueblos pequeños, Valls ha decidido poner sobre la mesa una propuesta de inversión pública y privada que garantice la llegada del cable a todo el territorio catalán.
Posición no dogmática
Localret pide que la Generalitat ayude a pagar la extensión del cable
Tanto el consejero de Universidades, Investigación y Sociedad de la Información, Andreu Mas-Colell, como el secretario para la Sociedad de la Información, Carles Martín, han dejado claro que la responsabilidad del cableado corresponde a los operadores privados y que no es momento de plantear la posibilidad de inversión pública. Fuentes del Departamento de Presidencia de la Generalitat, sin embargo, aseguraron a este diario que el Gobierno catalán está "abierto a hablar" sobre cómo evitar la fractura digital del territorio si Localret le hace llegar sus propuestas.La solidez de la apuesta por el cable de Localret no implica que los alcaldes rechacen las tecnologías que han ido surgiendo a lo largo del último año y que, sin afectar a la superioridad de la opción cable, permiten también las comunicaciones de banda ancha.
De hecho, la Generalitat está recordando a las operadoras que existen otros caminos tecnológicos abiertos para cumplir con sus compromisos de garantizar este tipo de comunicaciones en Cataluña. "No somos dogmáticos con el cable, pero no renunciamos de ninguna manera a él", afirman sus responsables.
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