"Mi primer héroe fue El Coyote"
JAVIER DELGADO BARRIO - Presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ
Pregunta. Con la venia: Me abruma su currículum de primero de la clase.Respuesta. Seguramente ese currículum refleja una realidad. Pero es tan lejana que no me veo identificado en ella.
P. ¿Era usted el repelente niño Vicente?
R. [Ríe] No. Tenía muchos amigos, jugábamos al fútbol y, desde luego, estudiaba, claro.
P. ¿Nunca se ganó un cate?
R. En el bachillerato, no. En la carrera tengo idea de que me supendieron en una maría.
P. ¿Le dio tiempo de pequeño a tener héroes?
R. Claro. Lo primero que leí fue Doña Blanca de Navarra, de Navarro Villoslada. Pero mi primer héroe fue El Coyote, en las novelas de Mallorquí, excelentemente escritas, y que releí siendo ya vocal del Consejo. Luego pasé a Simenon, al comisario Maigret.
Perfil
Con 68 años y cuatro hijos, habla de la justicia y los jueces con exquisita equidistancia. Es un hombre cordial, acostumbrado a ser número 1 desde la guardería a las oposiciones. El campo, la música, el fútbol y los toros -encuentra que no ha habido diestro como Antonio Ordóñez- luchan con los códigos para hacerse un hueco entre sus preferencias.
P. ¿Ha fallado en algo en la vida?
R. Nunca me he hecho esa pregunta. No tengo la sensación de haber fallado, porque nunca he tenido grandes ambiciones. Mi aspiración era ser juez. Y me considero un juez vulgar y corriente al que las circunstancias han traído hasta aquí.
P. Es usted de Barbastro, como el beato Escrivá. ¿Es una feliz coincidencia?
R. Es una casualidad.
P. ¿Por qué se dice, en plan maldición, "pleitos tengas y los ganes"?
R. Creo que, fundamentalmente, por la lentitud.Aunque tengas razón, vas a tardar años en obtener la sentencia. Y luego viene la ejecución de esa sentencia.
P. ¿Preferiría tener un pleito o que le sacaran una muela?
R. [Ríe] Las dos cosas son inevitables. Más fácil es sacarse la muela, porque la decisión la toma otro.
P. ¿Indultaría a Tany?
R. Es una decisión que debe tomar el Gobierno.No puedo, en modo alguno, incidir en un campo fuera de mi competencia.
P. ¿Le parecen constitucionales las listas de maltratadores de mujeres que quiere publicar Bono?
R. A mí, personalmente, no me parecen constitucionales; la pena implica la privación de derechos, pero sólo los imprescindibles para la ejecución de la sentencia.
P. ¿Es edificante el episodio del juez Ruiz Polanco?
R. Su reacción no ha sido la propia de un juez, pero no hay que olvidar las circunstancias.
P. "El domingo es el día que yo tengo para pensar". ¿A qué dedica la neurona el resto de la semana?
R. Lo que yo llamo verdadero trabajo lo desarrollo fundamentalmente por las tardes: el reflexionar sobre un problema solo, en mi despacho de casa. También lo hago en otros momentos: las mejores ideas de mi vida se me han ocurrido afeitándome. O paseando por el campo. Las mañanas se dedican a un conjunto de actividades, como visitas o llamadas telefónicas.
P. ¿Sabría traducir Dura lex, sed lex?
R. La ley es dura, pero es la ley.
P. Matrícula, una vez más. ¿Qué gracias le adornan?
R. La palabra gracias y el verbo adornar me resultan poco compatibles con la idea que tengo de mí mismo.
P. Algo le vería su señora para casarse.
R. Entonces tenía muchos menos años, más pelo...Pero si tengo que buscar algo bueno en mí, diría que tengo un temperamento dialogante y reflexivo.
P. ¿Su carácter está más cerca de la alegría de la huerta o del cobrador del frac?
R. Mucho más cerca de la alegría de la huerta. En mi carácter hay un fondo de alegría, oscurecido, quizá, con los años, y que se ha ido transformando más bien en sentido del humor.
P. Si tuviera que representar a un personaje justiciero, ¿preferiría ser Robin Hood o el Zorro?
R. Los antecedentes españoles me hacen sentirme más cerca del Zorro, quizá por mis lecturas infantiles de El Coyote.
P. El Barcelona zurró 2-0 al Real Madrid. ¿Su corazón lo considera perseguible de oficio?
R. ¡Una tragedia! ¡Una absoluta tragedia! No me puedo explicar cómo once profesionales de la extraordinaria calidad que tienen los jugadores del Real Madrid se pudieran impresionar ante aquel entorno, que representaba, claro, una presión grande.
P. Dada su afición taurina, ¿le gusta ver los toros desde la barrera?
R. Tomándolo en sentido literal, mejor aún desde el callejón.
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