La ironía como arma parlamentaria

Lo malo de las ironías es que tienen que ser muy obvias. Porque, si hay que explicarlas, es que se quedan en nada. Le ocurrió ayer al diputado de IU Fernando Marín, que inquirió del presidente Alberto Ruiz-Gallardón en la sesión de control de la Asamblea de Madrid por las indemnizaciones a los presos políticos del franquismo: ¿Está de acuerdo con su grupo al rechazar la proposición de IU que pedía más fondos?, vino a decirle. Y Ruiz-Gallardón le contestó que la pregunta ya era rara: "Usted me pide que el Ejecutivo controle al legislativo, cuando lo normal es al revés. Pero, en fin". Y, ya que se lo ponía en bandeja, le dijo que en 12 años de Gobierno socialista - "en el que estuvo IU, por cierto", le recordó- no se había presupuestado ni un duro para estos fines, y que se alegraba de que hubiera tenido que hacerlo el Gobierno popular: 100 millones -el doble que en el ejercicio anterior- en los presupuestos de 2001.

Fernando Marín se levantó y dijo: "Muchas gracias. Sólo quería saber si su opinión era coincidente con la de su grupo. Nada más". Y nada más. Él, que es actor, podía haber declamado aquello de Cervantes: "Miró al soslayo, sentóse y no hubo nada". Porque fue lo que hizo. Sentóse. Y callóse.

Si hubo ironía en las frases del diputado es algo que no recogerá el diario de sesiones. Ni siquiera el presidente de la Comunidad la captó. Un poco desconcertado sí quedó Ruiz-Gallardón. Pero se repuso enseguida y aprovechó la réplica para hacer un canto a quienes sufrieron represión en lo que es hoy sede del Gobierno regional, la siniestra Dirección General de Seguridad. Y entre ellos situó a su padre, que habitó los sótanos de la Puerta del Sol.

-Para mí es un orgullo que el hijo de ese hombre ocupe hoy, dos plantas más arriba, un despacho de un cargo democrático.

Ángel Pérez, presidente del grupo de IU, aplaudió sus palabras. Pero, a saber si era un aplauso irónico o si el recuerdo de aquellos años negros había tocado su corazón de izquierdas.

Más nítida es siempre la ironía entre el socialista Julián Revenga y el consejero de Obras Públicas, Luis Eduardo Cortés. Revenga fue a decir que las carreteras de la Comunidad tenían la peor conservación de todo el Estado. Y lo dijo. Y, dada "la ineficacia e incapacidad" del consejero para gastar la totalidad del presupuesto, le ofreció su ayuda "para hacer lo que no sabe". Cortés, como su presidente, se fue al pasado: "Ustedes invirtieron más en carreteras porque apoyaban el transporte privado. Nosotros invertimos en lo público", le dijo.

Otra cosa: el portavoz socialista, Pedro Sabando, retiró su pregunta sobre la cantidad de suelo que el Ayuntamiento había cedido a la Comunidad para hacer vivienda social. Un gesto de protesta porque se habían aplazado otras dos preguntas en torno a lo mismo.

El pleno empezó ayer con una condena por las recientes muertes en los atentados de ETA. El poeta Felipe Benítez Reyes escribió: "Valoramos la vida por encima del mármol, / de los hondos tesoros y abalorios. / Apostamos muy fuerte por la vida". ETA sigue apostando por la muerte.