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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Laureano Oubiña: se acabó el juego

La captura de Laureano Oubiña, uno de los históricos del narcotráfico gallego, se había convertido en un asunto prioritario para la policía española. Su huida del territorio español hace poco más de un año representó un duro golpe para la lucha contra el narcotráfico, además de suscitar algunas dudas sobre la actuación profesional de los servicios policiales. Es natural que su detención en Grecia haya sido acogida con alivio no sólo por las autoridades policiales españolas, sino muy especialmente por los colectivos comprometidos en la lucha contra la droga en Galicia.Es posible que la entrega de Oubiña a España se retrase algún tiempo. Hasta que la justicia griega aclare la situación del narcotraficante gallego por ocultar su identidad bajo un pasaporte español falso. Pero sea en Grecia o en España, lo importante es que Oubiña está entre rejas y que se ha puesto fin a una situación irritante en la que policías, jueces, el conjunto de la sociedad gallega y, en definitiva, el Estado de derecho parecían ser tomados a chufla por este narcotraficante. A partir de ahora tendrán que ponerse en marcha los mecanismos reforzados de colaboración judicial entre dos países miembros de la Unión Europea como España y Grecia. La extradición de Oubiña, condenado a cuatro años de cárcel, no debería plantear problema alguno.

Aparte del cumplimiento de esa condena por tráfico de hachís, a Oubiña le esperan en España varios procesos pendientes por tráfico de drogas a gran escala y el pago de una multa judicial de 2.400 millones de pesetas. Durante su huida, el Tribunal Supremo ha dado el visto bueno al embargo judicial decretado por el juez Garzón sobre sus propiedades más importantes para hacer frente a esa sanción. El juego de Oubiña con la justicia ha durado poco más de un año. Demasiado tiempo, sin duda. Pero lo importante es que la justicia ha prevalecido y que un personaje tan chulesco como escurridizo no ha podido jugar indefinidamente con ella.

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