EL PRÍNCIPE Y LOS REPUBLICANOS

"Cuando las acciones de los hombres responden a un deseo de justicia y de paz, cuando buscan el progreso, la libertad y el bien común, cuando les mueve un profundo amor a la patria, la justicia de la posteridad debe realzar lo que hubo de imperecedero en sus inquietudes y en la defensa de sus ideales". El príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, invocó "el espíritu de reconciliación, concordia y justicia" al recordar la figura del general liberal y constitucionalista Rafael del Riego, ejecutado en 1823 por el rey absolutista Fernando VII. La mención a Riego, cuya figura fue adoptada como un símbolo por el republicanismo español, la hizo don Felipe, descendiente en sexta generación de aquel monarca, durante su visita a Tuña, la aldea del municipio asturiano de Tineo en la que Del Riego nació en 1784 y a cuyos 200 vecinos, que han sabido atesorar y perpetuar la memoria y espíritu del general, les hizo entrega del premio Pueblo Ejemplar de Asturias. Felipe de Borbón aprovechó su estancia en Tuña para sumarse "de todo corazón" a la rehabilitación que del general Riego ya había hecho su antecesora la reina regente María Cristina en 1835. El príncipe también recordó durante su presencia en el municipio de Tineo a otro de sus hijos más ilustres: el último presidente de la II República española en el exilio, José Maldonado, a quien calificó de "bondadoso y prudente".-