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Entrevista:ADELA MESAPROFESORA DE CIENCIA POLÍTICA

"Nuestra Administración está sobredimensionada y plagada de altos cargos"

Adelgazar la Administración vasca debería ser un objetivo innegociable para el próximo Gobierno vasco a tenor del análisis reflejado por Adela Mesa (Huelva, 1964), profesora titular de Ciencia Política y de la Administración en la UPV en su publicación Administración y altos cargos de la Comunidad Autónoma Vasca. Sobre todo por el "abultado incremento" de los altos cargos y la incapacidad de los sucesivos ejecutivos para poner racionalidad en las estructuras administrativas. Pregunta Usted define el aparato administrativo vasco como una estructura organizativa sobredimensionada y excesivamente burocratizada.

Respuesta Hay muchos órganos administrativos que no tienen razón de ser y apenas se han introducido iniciativas de nuevas técnicas de gestión. De hecho, la gran mayoría de las 47 iniciativas recogidas en la Corame [Comisión de Racionalización y Mejora de la Administración Pública] están enlatadas y sin poner en funcionamiento.

P. Y estamos hablando de medidas de junio de 1994.

R. El balance es pesimista. La reducción de departamentos en la anterior legislatura fue más una operación de compresión, amplificada por los titulares de prensa. Ibarretxe presentó entonces una reducción de altos cargos del 16%. Pero en donde hay que hincar el diente es en la mejora de las estructuras con nuevas técnicas de gestión y aplanándolas. Lo cierto es que en el País Vasco hay un excesivo número de altos cargos. Hay un mal diseño de las estructuras. La Administración está sobredimensionada desde los inicios.

P. ¿Nuestra comunidad está más politizada que otras?

R. Sí. Destaca por encima de cualquiera. Pero si hablamos del término "cargo de designación política", es decir incluyendo el personal eventual de confianza (asesores), Cataluña tiene un grueso de personal eventual mucho más alto y, por tanto, estaría más politizada que Euskadi.

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P. Pero si nos fijamos en los altos cargos, desde que el PNV perdió la mayoría absoluta, son más del doble que en Cataluña.

R. El año 87, con el primer gobierno de coalición PNV-PSE-EE, fue un punto de inflexión, ya que los altos cargos se incrementaron un 30% y si tomamos como referencia la primera legislatura, es un 50%. La necesidad de repartir el poder forzó ese incremento. En Cataluña, por contra, sube suavemente.

P. ¿Quiere decir que ante la previsible reedición de esa coalición, se pueden volver a disparar los altos cargos?

R. No. Si tomamos como ejemplo el pase de la tercera a la cuarta legislatura, el gobierno de coalición EA-PNV-EE, supuso sólo un incremento del 10%.

P. No hay que olvidar que las coaliciones son en cascada en el resto de niveles de la administraciones como las diputaciones.

R. Eso añade un cierto grado más de politización a la Administración vasca.

P. Probablemente al calor de esto, la oposición ha sedimentado esa frase en la que se acusa al nacionalismo de haber patrimonializado las instituciones como si fuesen "un gran batzoki".

R. Al margen de que eso pueda ser cierto, sí he constatado que en determinados puestos de designación política, la afiliación política al PNV ha venido a posteriori del nombramiento.

P. Sin embargo, la pertenencia a una familia política determinada funciona a la hora de designar los cargos.

R. Sí, pero eso pasa en todas las administraciones públicas, no sólo en la vasca.

P. Pero en la Administración vasca, apenas si hay posibilidad de hacer carrera política.

R. Es cierto, hay muy escasa posibilidad de hacer carrera política. El reclutamiento para los altos cargos es externo. En la Administración vasca eso de que ingresas como director y llegas a consejero es la excepción. Eso está claro que frustra muchas carreras administrativas, porque estamos en un modelo funcionarial de techo relativamente bajo. Algo que en otras administraciones, como la francesa, no es tan extraño.

P. Menciona la opacidad como una de las características en la elección de los cargos de confianza. ¿En qué se refleja?

R. Si intentamos saber quiénes son los asesores eventuales, sólo encontramos un número en la Ley de Presupuestos, pero difícilmente nombres y apellidos, y tampoco dónde están ubicados. ¿Por qué se produce ésto? No es necesario tal obscurantismo porque son puestos legítimos. Hay un cierto pudor de reconocer de qué asesores se nutre cada departamento. Las Diputaciones lo tienen más avanzado, sobre todo Guipúzcoa, que publica la relación de puestos de trabajo incluyendo el personal eventual. Vizcaya no es tan transparente.

P. ¿Usted pidió a Vizcaya los datos para su investigación?

R. Sí, pero no me los dieron.

P. Sorprende la escasa presencia femenina en los altos cargos.

R. De los 61 consejeros que ha habido en los sucesivos Ejecutivos vascos entre 1980 y 1998, sólo cinco son mujeres. Y, en ese mismo periodo, de los 18 que repitieron en el cargo, sólo una fue mujer. No hay una explicación natural a esta especie de veto. Se han producido reticencias, se ha proyectado poco la carrera política de las mujeres en los partidos. El empujón que supone que la actual vicelehendakari sea mujer, es muy débil.

P. Lo que sí queda claro en su libro es que mientras el PNV siempre ha detentado carteras de peso institucional o de construcción nacional, los socialistas, pese a manejar más presupuesto, han gestionado más áreas de prestación de servicios.

R. Parece claro que la ideología que tiene cada uno de esos partidos ha pesado en ese reparto. El corte del PNV de hacer país, de construir Euskadi ha pesado ahí, mientras que el PSE ha estado más ligado a la prestación de bienes y servicios.

P. ¿Cree posible que consejerías que no han caído del lado no nacionalista como Interior o la propia Presidencia, puedan ser objeto de negociación?

R. No lo sé. Con la situación política actual, cualquier cosa puede ser posible, pero costaría mucho, sobre todo si el PNV sigue teniendo el actual apoyo electoral. Curiosamente, Euskadi es una de las comunidades cuyos Departamentos más veces han cambiado de denominación.

P. ¿Y considera serio para la gestión ese trasvase de áreas entre departamentos para salvar una negociación?

R. Eso rompe con la idea de racionalidad organizativa. Y en alguna ocasión hemos asistido a la formación de consejerías como auténtico cajón de sastre. Por ejemplo, la que lideró Ramón Jáuregui en la V legislatura. Eso fue en detrimento de la eficacia. Hay un claro amateurismo con lo que tiene que ver con la organización administrativa. Hemos ido copiando cosas de la Administración del Estado e improvisando otras. Y el funcionamiento no ha sido idóneo.

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