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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Alegría

Al leer el titular del periódico (edición de Madrid ) del día 4 de octubre, me llevé una gran alegría. Decía (sic): La Comunidad rechaza el proyecto de túnel para el tren veloz a Valladolid. Al leer la letra pequeña de la noticia, mi gozo se cayó a un pozo, ya que, al parecer, a lo que se opone la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid es a la apertura de una boca del túnel a la altura de El Paular, pero no a la construcción de éste en su totalidad.Según las estimaciones previas, el túnel comenzaría en Soto del Real y vería nuevamente la luz en los arrabales de Segovia, tras recorrer 25 kilómetros bajo tierra (dicen), y su presupuesto inicial es de 180.000 millones de pesetas, aunque luego la realidad se encargue de inflar considerablemente esa cifra. Frecuentemente, en obras de esta entidad se llegan a duplicar o triplicar los costes calculados al principio.

Y todo para llegar a Valladolid en 58 minutos, cuando a la mayoría de sus potenciales usuarios nos daría igual tardar media hora más, objetivo conseguible mejorando la línea ya existente y conservando de paso una de las zonas próximas a Madrid de mayor interés ambiental. No merece la pena, digan lo que digan políticos e ingenieros del Ministerio de Fomento, taladrar 25 kilómetros de granitos y gneises (rocas ambas de gran dureza y difícil perforación) y soportar los brutales impactos ambientales que ello implicaría para tan escaso logro.

Ante esta negativa de la Comunidad de Madrid cobra nueva vida la sensata alternativa que el movimiento ecologista presentó en su día y que básicamente consistía en mejorar sustancialmente las tres líneas férreas ya existentes (Madrid-Segovia, Madrid-Ávila y Madrid-Aranda-Burgos) para que éstas pudieran competir en situaciones de igualdad con la carretera, invirtiendo en ellas sólo una parte de los enormes presupuestos que requeriría la línea del tren veloz de marras (Madrid-Valladolid).

Mientras el proyecto despilfarrador sigue adelante, la realidad ferroviaria del resto de Castilla y León es patética. Anteriores Gobiernos cerraron algunas líneas y el actual deja morir al resto. Me referiré concretamente a la Madrid-Burgos por Aranda. En la actualidad, esta línea, con un trazado obsoleto y sin duplicar ni electrificar, se está muriendo de pura desatención y Renfe ansía clausurarla definitivamente.

Ahora, salvo algún mercancías, no circula por ella más que un tren diario (Talgo) en cada sentido, que tarda en hacer el recorrido Madrid-Burgos casi lo mismo que hace treinta años y cuyo coste más que duplica el del coche de línea. Cualquier nimia avería en la línea tarda en ser reparada semanas o meses. Para mayor afrenta, hace tiempo que se desvió por Valladolid, alargando su recorrido en 70 kilómetros, el tren Puerta del Sol, que llega a París. En vez de exigir inversiones que la hagan rentable, la Junta de Castilla y León prefiere pagar a Renfe el déficit de explotación de esta línea. Mientras sucede todo esto, la autovía Madrid- Burgos está cada día más congestionada.

La realidad de España no sólo está en Madrid, Barcelona o el Levante. Pido a los que pueden tomar decisiones en estos temas que se olviden de proyectos megalómanos y despilfarradores y, en cambio, mejoren sustancialmente las vías ya existentes en vez de dejarlas morir. Todos los expertos coinciden en señalar que el ferrocarril convencional es el mejor medio de transporte para las distancias medias y cortas y el más respetuoso con el medio ambiente.

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Está más que comprobado que cuando el usuario recibe un buen servicio ferroviario, éste responde utilizándolo masivamente. Y de paso conservaremos una naturaleza que todavía, aunque no sabemos por cuánto tiempo, es la mejor conservada de Europa.-

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