La CHJ busca sellar el boquete de la presa de María Cristina y evitar la pérdida del agua
Los expertos aún no han encontrado la forma de cerrar la grieta que abrió el temporal
Después de meses y meses de sequía llegaron las lluvias torrenciales y superado el temporal, se ha abierto un debate sobre qué hacer con el pantano de María Cristina, y cómo taponar el agujero que abrió la tromba en la presa y por el que ya se han perdido más de medio millón de metros cúbicos de agua. El destaponamiento de un agujero en la presa provocó el martes la mayor alarma de la recién pasada semana de chubascos. La Confederación Hidrográfica del Júcar consulta ahora a los expertos para encontrar la manera de sellar el agujero y evitar la pérdida del agua acumulada.
La posibilidad de que la presa cediera, que desbordara ampliamente o que fuera necesario evacuar el pantano de Sitjar, mantuvo en vilo a la localidad de Almassora durante toda una noche. Finalmente, la catástrofe no llegó, aunque la gran cantidad de agua caída sí afectó a varios municipios de La Plana que vieron anegadas las zonas más cercanas a la playa. Una vez pasado el peligro, comenzó la polémica.Lo que en un principio parecía una grieta y poco más tarde un boquete acabó siendo un agujero que, hasta el temporal, se encontraba tapado y cuyo tapón saltó ante la presión del agua. El agujero de la presa de María Cristina tiene, aproximadamente, un metro cuadrado. Por él salen 100 metros cúbicos de agua al segundo, es decir, 86.400 metros cúbicos al día, cantidad que se ha comparado con más de un centenar de piscinas y que corre por la rambla de la Viuda hasta llegar al río Mijares y desembocar en el mar. Esta cantidad supone una pérdida más que considerable, sobre todo, teniendo en cuenta la sequía que ha sufrido la zona. Hasta dos días después del momento más crítico, la fuga sólo preocupaba por el daño que podía causar. Ahora, la polémica se centra en no dejar escapar tal cantidad de agua y sellar el agujero.
Los regantes, los ecologistas, partidos políticos, los ciudadanos, apuestan por buscar un sistema que permita sellar el agujero. Sin embargo, el problema no parece tener fácil solución. En un principio, se planteó que la única posibilidad era esperar a que el agua bajara hasta el nivel en el que se encuentra la abertura para después trabajar en ella. La cantidad embalsada en María Cristina, que llegó al 100% de su capacidad, es de 19,6 hectómetros cúbicos. Este agua sería suficiente para garantizar el riego a los 3.500 comuneros que se nutren del pantano durante dos años, ya que sus 15.000 hanegadas consumen ocho hectómetros cúbicos al año.
Poco después de iniciarse la polémica, Juan Manuel Aragonés, presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), propietaria del embalse, afirmó que había que esperar la opinión de expertos que hubieran trabajado en problemas semejantes. Enseguida, aseguró que los técnicos de la CHJ buscaban un sistema para sellar el agujero y evitar que siguiera saliendo agua. La CHJ depende del Ministerio de Medio Ambiente y, a última hora del viernes, la Subdelegación del Gobierno en Castellón emitía una nota en la que se indicaba, por dos veces, "la preocupación y el interés" del subdelegado, Vicente Sánchez Peral, "para que se inicien urgentemente las acciones oportunas para el sellado del orificio".
Sin embargo, por el momento, nadie sabe cuál es la solución aunque son muchas las ideas que se aportan. Desde la construcción de una represa en la parte posterior al agujero, de manera que se lograra un espacio vacío entre ambas para lograr acceder al agujero, hasta disponer una plancha para frenar el agua y poder trabajar en el agujero. También se estudia una posible conexión con el embalse de Sitjar, de mayor capacidad, con el fin de desviar el agua. El mayor problema es que el uso de hormigón, en contacto con el líquido, es inviable, con lo que las inyecciones de este elemento, tal como se encuentra ahora, han sido descartadas. Por otra parte, se busca alcanzar el agujero desde abajo. Para ello, la CHJ está en contacto con una empresa de buceo, auxiliar de BP Oil, que trabaja en la isla artificial de la petrolera.
En cualquier caso se ha ordenado el cierre de la toma hacia el canal y el de los desagües de fondo, de forma progresiva. Además, al embalse siguen entrando 25 metros cúbicos por segundo del agua caída en la zona de la que se alimenta.
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