La hidráulica de Joan Fuster
Antoni Furió ha publicado un comentario muy apreciable sobre la principal obra de Joan Fuster en la revista L'Avenç de este octubre. Un comentario insertado en un conjunto de trabajos sobre la realidad valenciana con el agudo título de Del roig al blau. Furió destaca el problemático diagnóstico económico del solitario de Sueca aunque, por otro lado, subraya que fue escrito antes de que se produjera el gran crecimiento industrial y el notable impulso demográfico. Cierto es que también se señalan defectos acerca de dos temas bastante cruciales para entender el país. Por un lado, su visión agrarista despreciando el tejido industrial del siglo XIX o bien no considerando el papel de lo que denominé la "burguesía monopolista de municipio". Un grupo social que hizo negocios con el mismo crecimiento urbano y que detentó cuotas importantes de poder político tanto en el País Valenciano subalternamente, como en el conjunto de España. Poco debo añadir a este balance de Furió por compartirlo, como también afirmo que el libro de Fuster es la primera visión estructurada de nuestra realidad que acaba con nuestra prehistoria.El rector Ruiz Torres en el Aula Magna valenciana insistió en esta necesidad de hacer aproximaciones críticas a Nosaltres els valencians. Estamos, pienso, de acuerdo Furió y uno mismo con el rector. Lo que quiero destacar ahora es la absoluta necesidad de que supiéramos cuáles fueron las bases sobre las que se basó Fuster para escribir su obra. Es decir, propongo no una crítica edición sino una edición crítica o, dicho en otras palabras, un análisis de fuentes. Sé que hacer estos análisis tiene el peligro de que uno pueda ser llamado ingeniero hidráulico según la broma que acostumbraba a formular Julio Caro Baroja, pero una vez olvidado el detalle es algo útil. De acuerdo, pues, con el navarro pero sabiendo también que este tipo de análisis de fuentes sirven para entender.
Pongamos un caso. No sabemos con certeza de dónde provino la información de Fuster acerca de la estructura económica valenciana al no existir entonces nada. Incógnita que puedo desvelar ahora gracias a compartir, agradablemente, página con Paco Burguera. Efectivamente existe en pequeños círculos la idea de que Fuster se basó en unas páginas que había pedido sobre la economía valenciana a su paisano. En alguna ocasión así me lo dijo el propio Fuster, si la memoria no me engaña, e incluso me baila por la cabeza de que era un escrito de unos 40 folios. Mi paisano de página lo puede confirmar si la memoria de Vicent Soler tampoco falla. Sería bueno conocer estas páginas no para juzgarlas sino para entenderlas. Así podríamos confirmar si el ser ambos de Sueca no les podía condicionar un juicio que llevó a Fuster a escribir: "El camp ho és tot, al País Valencià. La nostra és una economia fonamentalment agraria, i aixó determina en una bona mesura el caràcter i el comportament genèrics de la societat". Insisto, no se trata de juzgar sino de comprender. ¿Está el texto de Burguera entre los papeles de Fuster? ¿Existió este papel? ¿Lo posee Burguera?
Si realmente Burguera manufacturó, tal como le gustaba decir a Fuster, dicho papel tuvo mucho mérito porque no había entonces nada sobre lo que basarse, como lo sé por haber dirigido años después un libro sobre la economía valenciana. Otra cuestión totalmente diferente es que cuando la economía del País se había transformado profundamente y ya había abundantes papeles que lo recogían tozudamente, en mi opinión, Fuster no supo entender lo que había acontecido. Cosas que le dejé en vida y por escrito. En ello pienso que influyó desfavorablemente su permanencia en Sueca donde se continuaba viviendo, como en un oasis, lo que con anterioridad era más mayoritario en el conjunto valenciano. Nunca me pareció que el aislamiento puede ser un buen sistema, sobre todo cuando se vive en una parcela poco representativa. Esta opinión me conduce a pensar que antes, durante y después Fuster pensó que el País Valenciano era muy parecido a Sueca o que Sueca era una muestra del País.
Pienso también que en un análisis de las fuentes estrictamente ideológicas se podría destacar cómo la influencia de Américo Castro, Sánchez Albornoz y Unamuno Jugo cuajó en nuestro autor pese a la gran distancia que les separaba. No en vano fueron tres buenos constructores de textos aunque estuvieran amarados del nacionalismo español más excluyente. También me agradaría conocer sobre qué fuentes pasó su visión del siglo XVIII valenciano cuando casi nada existía, por lo que pergeñar unas cuartillas era un auténtico milagro. Fue un milagro escribir un libro moderno por su concepción teórica con pocos mimbres, poca valoración de algunos hechos diferenciales valencianos y mucha inteligencia. Lo dicho.
Ernest Lluch es catedrático de Historia del Pensamiento Económico.
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