"Pido tener tiempo para susurrar sólo una cosa: te amo"

Olga, la viuda del teniente capitán Dmitri Kolésnikov, dice que cree que su esposo tuvo una premonición de su muerte antes de partir en su última misión. "Vi que llevaba su chapa y un crucifijo al cuello. Y de pronto los tomó y se los quedó mirando fijamente. Presentía algo grave. Por eso quizá me escribió una pequeña poesía: "Y cuando llegue el momento de morir,/ aunque aparto ese pensamiento,/ pido tener tiempo para susurrar sólo una cosa:/ querida mía, te amo".El capitán Kolésnikov cumplió sus 27 años a bordo del Kursk el 10 de agosto, dos días antes de la tragedia. "Nació bajo el signo de Leo, y de aspecto se parecía a un león. También su carácter era el de un león, que se distingue por su bondad y su generosidad. Era magnífico", recuerda Olga, que alcanzó a estar sólo tres meses y medio casada con Dmitri.

Olga asegura que Dmitri, con su "sangre fría y su sentido común", fue el que tuvo la idea de juntar a los marinos que había en las cámaras sexta, séptima y octava y pasar todos a la novena. "Dicen que en la nota que dejó cuenta que tratarían de salvar a dos o tres. Pues bien, yo sé que él no estaba entre los que se quería salvar. Dmitri era de las personas que empujará a sus amigos para que salgan, pero él mismo permanecerá en su puesto", señala Olga. La viuda declaró que permitirá que se publique todo lo que concierne al submarino, pero está convencida de que la mayor parte del mensaje de Dmitri es una carta privada. "Lo sé, él se despide así de mí...", declaró, aunque todavía no la ha visto.

Olga tenía razón. Como informó el almirante Vladímir Kuroyédov, comandante en jefe de la Marina de Guerra, la carta es la despedida de su esposa, y está escrita con una letra clara, lo que indica que mientras la redactaba todavía funcionaba el sistema eléctrico de emergencia. Sólo en el reverso agregó unas líneas sobre lo ocurrido y la decisión de pasar a la novena cámara. Para entonces, ya nada funcionaba, y por eso puso: "Escribo a ciegas".