Raimundo Amador regresa con 'Un okupa en tu corazón'

Raimundo Amador vuelve a entrar en la escena musical con su nuevo trabajo, Un okupa en tu corazón. El tema central y primer single del disco es tan salvaje como la guitarra del heterodoxo músico sevillano. "Le querían poner Qué Maravilla, pero eso no va conmigo. A mí me pega más ser un okupa", reconoce Raimundo Amador.Tras su etapa con Veneno y Pata Negra, se emancipó con Gerundina (1995). Luego, vendrían En una esquina de Las Vegas (1997) y Noches de Flamenco y Blues. Con todo, el cuarto álbum en solitario de Raimundo Amador llega cargado de frescura. Para ello ha necesitado retirarse al campo durante todo el verano junto a su nueva banda, un grupo de jóvenes músicos afincados en Sevilla, "que van a dar mucho que hablar". También ha contado con la colaboración de algunos "colegas" como Tomatito, Kelvis Ochoa con los músicos de Habana Abierta y La Mala Rodríguez.

" ¿Qué es lo que tiene Sevilla qué no tiene Japón?", se pregunta Raimundo Amador en una de sus letras. "Japón tiene las máquinas; Sevilla, el arte, y yo estoy en medio". Contesta sonriendo. Se le ve feliz. De hecho "es un trabajo muy familiar, cocinado a fuego lento, con muy buena gente". Y un ejemplo de ello es Papeles no quiero, tema en el que expone su particular manera de entender el amor, con coros de sus hijas (Carmen y Encarni).

Ni iglesia ni juzgado

"A nosotros, los gitanos, no nos interesan tanto los papeles. Siempre lo hemos hecho así y no nos ha hecho falta ni iglesia, ni juzgado ni nada para celebrar nuestro ritual. El amor es así, es sencillo". Dice convencido.A mi primo Tomate y La Parienta son dos temas instrumentales completamente diferentes. "Mientras que con el Tomate dialogo, le envío cositas con la guitarra. A la Antonia le hago otro homenaje". Y ya van dos. "En realidad, a mi mujer le tengo que dar las gracias todos los días, porque, como digo en otra letra, 'duermo de día y vivo de noche'. Y Antonia lo entiende y respeta. Por eso, me apoya, porque sabe cómo es este mundo".

A pesar de que hace seis años que no vive en Las 3.000 Viviendas, su barrio de siempre, continúa sintiéndose vecino y amigo de sus amigos. "Es un rap que yo tenía maqueteado cuando vivía allí. Por eso habla del barrio. Además, contar con la voz de La Mala Rodríguez ha sido un punto de puta madre".

También hay espacio para la protesta, o al menos eso da a entender la segunda parte de Bolleré, la nueva alegoría de este flamenco sui generis. "Naturalidad del sur. Cada uno que lo tome como quiera". A Raimundo Amador le gusta decir muchas cosas con muy pocas palabras. "Enciendo un pitillo, la palabra es plata y el silencio es oro", dice en una de sus canciones. "Si el pitillo es de tabaco, de chocolate, o de maría, es secundario. Lo importante es el vacilón y el punto que tengan las cosas", concluye.