El PSPV revela que las resonancias costarán 10.000 pesetas más que en una clínica privada de Madrid

La diputada María José Mendoza, del Grupo Socialista-Progresistas, echó por tierra ayer los argumentos del consejero de Sanidad, Serafín Castellano, quien acudió a las Cortes para defender el concurso por el que los servicios de radiodiagnóstico de la sanidad pública valenciana serán cedidos a empresas privadas. Castellano justificó el sistema porque, según dijo, supondrá que el coste del servicio disminuya "notablemente". El consejero explicó que una resonancia magnética "simple" costará 27.000 pesetas si se realiza en los locales de la empresa adjudicataria -que comparó con las 32.500 que cuesta con el concierto aprobado en 1994- y 23.000 si tiene lugar en un centro público. Pero Mendoza reveló que la prestigiosa clínica Ruber de Madrid, de carácter privado, cobra sólo 17.000 pesetas por una resonancia simple. Además, la diputada socialista dijo que, desde 1994, los precios de los equipos de radiodiagnóstico se han reducido a la mitad e insinuó que las empresas adjudicatarias del concurso han timado a la Generalitat, que, añadió, ha optado por un "sistema objetivo para favorecer a intereses privados".

Castelló cantó las bondades del nuevo sistema, que entrará en vigor el 1 de enero próximo y que supondrá que empresas privadas instalen y exploten sus equipos de radiodiagnóstico en hospitales de la red pública. El sistema supondrá una "mejora incuestionable e infinita", dijo Castellano, quien no explicó por qué se ha decidido por esta opción en lugar de la compra o el alquiler (leasing) de los equipos.

La diputada de EU Àngela Llinares dijo que el coste inicial del concurso (27.727 millones de pesetas) se puede disparar hasta los 40.000, denunció que ha sido adjudicado a las empresas que licitaron más alto e instó a Castellano a explicar su "interés" en que las resonancias queden en manos privadas.