Piqué se queja ahora ante Londres por la escasa información sobre la avería del 'Tireless'
El Gobierno español levantó ayer por vez primera la voz en el contencioso del submarino nuclear británico Tireless, atracado en Gibraltar desde el 19 de mayo pasado con una avería en el circuito de refrigeración del reactor más complicada de lo inicialmente previsto. El titular de Exteriores, Josep Piqué, envió una carta a su homólogo británico, Robin Cook, en la que se queja de la "insuficiente" información que recibe, considera "inquietante" el agravamiento de la avería y tacha de "alarmante" la anunciada prolongación de la estancia del Tireless en el Peñón hasta su reparación, no antes de marzo.
Se acabaron los tiempos en los que el vicepresidente Mariano Rajoy ensalzaba los argumentos "muy razonables" del Reino Unido para efectuar en la colonia la reparación del buque. La decisión de Londres, hecha pública el viernes pasado, de retirar de la circulación 12 submarinos similares al Tireless porque la avería es estructural y, acaso, generalizada, ha obligado al Ejecutivo a replantearse su actitud.Piqué reconoció el lunes que lo sucedido "cambia las cosas" y ayer remitió una carta al secretario del Foreign Office. En su misiva se lamenta de la "insuficiente" información recibida hasta la fecha y señala que le resulta incomprensible que, cinco meses después de la llegada del submarino, se siga desconociendo la causa exacta de la avería.
En todo caso, la supuesta fisura en una soldadura del sistema de refrigeración se ha convertido ahora en una fatiga de los materiales, algo que, según Piqué, es "inquietante", pues abre una nueva dimensión en la avería sobre cuya magnitud pide información urgente. Pregunta además si, tras estos descubrimientos, la reparación puede seguir haciéndose en el puerto del Peñón sin riesgos.
El jefe de la diplomacia española insiste en que los datos concretos le son imprescindibles porque no ha sido posible enviar a "un técnico español para que constate in situ, como sería deseable, la naturaleza de la avería y las medidas de seguridad que se han adoptado".
Piqué da así la impresión de que había solicitado realizar una inspección del Tireless a cargo de expertos españoles, algo que hasta ahora negaban sus subordinados en el Ministerio de Asuntos Exteriores. "Carecemos de submarinos de propulsión nuclear y, por tanto, no estaríamos en condiciones de determinar qué averías tienen y cómo arreglarlas", argumentaban los diplomáticos consultados.
El ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, sí quiso disponer de una evaluación independiente antes de dar su luz verde en septiembre a la reparación del buque. Contrató a tres expertos en seguridad nuclear y a una consultora, que entregaron su informe el mes pasado.
A principios de semana, los tres expertos regresaron a la colonia para valorar si el agravamiento de la avería les obligaba a revisar sus conclusiones optimistas, según informa Santiago F. Fuertes desde Gibraltar.
Remolque del buque
En su misiva, Piqué no solicita a Cook que el submarino sea remolcado hasta una base naval británica, donde la reparación se efectuaría en mejores condiciones de seguridad. Está por ver si el presidente José María Aznar formulará esa petición a Blair, al que recibirá mañana en Madrid y con el que pasará el sábado en Toledo.Aznar quiso ayer transmitir un mensaje apaciguador en la rueda de prensa que ofreció con el presidente de Argentina, Fernando de la Rúa. A diferencia de Piqué, el presidente se mostró confiado. "No hay ningún motivo para la intranquilidad ni para la inquietud", insistió. "La relación del Gobierno de España con el Reino Unido es lo suficientemente estrecha como para que, si se produjera cualquier novedad, la opinión pública la conociera inmediatamente", concluyó.
La oposición socialista empezó a preocuparse en Madrid prácticamente al mismo tiempo que el Gobierno -no así la Junta de Andalucía- por el empeoramiento de la avería de Tireless. Manuel Marín, portavoz socialista para Asuntos Exteriores en el Congreso, formuló ayer una batería de preguntas al Ejecutivo entre las que destaca una sobre las razones que han impedido la participación directa del Consejo de Seguridad Nuclear en la verificación in situ del alcance de la avería y los riesgos que conlleva su reparación.
"No se trata de que a los expertos españoles los británicos les den el sistema de armas" del buque, dijo Marín, "pero el Tireless no está atracado en el puerto ruso de Múrmansk, sino a escasísima distancia de las costas de un país aliado del Reino Unido en la OTAN y en la UE". "No hay razón de peso que impida un acceso español al buque y la medida", añadió, "incrementaría la confianza de Madrid hacia Londres".
Marín insiste en que en el fondo se trata de que los españoles puedan efectuar una evalución in situ similar a la que pudo llevar a cabo el Ejecutivo de la colonia.
Datos por vía indirecta
Los técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) han elaborado hasta ahora sus informes partiendo de la información recibida de los expertos británicos que en septiembre iniciaron la reparación del buque. Hoy se celebrará en Madrid una nueva reunión, la primera tras el descubrimiento del carácter estructural de la avería, entre esos expertos procedentes de Gibraltar y funcionarios del CSN, a los que se unirán diplomáticos y militares españoles."Es alarmante que el Gobierno español reconozca a estas alturas que la información recibida por parte del Gobierno británico no ha sido lo suficientemente precisa ni sobre el tipo de avería, ni sobre el alcance de la misma", afirmó ayer Trinidad Jiménez, secretaria de Política Internacional del PSOE.
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