La invasión del eclipse de 1900
El 28 de mayo de 1900, una expedición de cuarenta científicos españoles, ingleses, escoceses y franceses, procedentes de universidades de toda Europa, junto a un ejército de 25.000 forasteros, según narran las crónicas de la época, se desplazaron hasta el Baix Vinalopó para contemplar un eclipse total de sol. Tan sólo duró un minuto y 19 segundos, pero el impacto sobre la población fue notable, al menos, durante el mes y medio que duraron los preparativos.El culpable del revuelo fue el astrólogo valenciano Josep Landerer, que en un estudio previo al fenómeno aseguró que en esta comarca se establecería uno de los mejores puntos de visión de toda Europa. La población de Elche ese año (27.308 habitantes), se duplicó en los meses de mayo y abril. Ingleses y escoceses se establecieron en la costa de Santa Pola, donde atracaron un buque, mientras que los franceses acudieron a Elche por ferrocarril. Los materiales utilizados para su visión, pesados armatostes, fijaron los lugares para establecer las expediciones.
El Institut d'Estudis Comarcals muestra hasta el 30 de noviembre en el Centro Municipal de Exposiciones de Elche fotografías inéditas, publicaciones y realiza un repaso exhaustivo al aspecto que presentaba la comarca en 1900. La idea de la exposición nace después de la aparición de diversas fotografías de ilicitanos observando el eclipse. "Conocíamos el suceso, pero no sabíamos su magnitud", asegura el comisario de la exposición, Vicent Soler.
Junto a la muestra, creada gracias a la labor desarrollada en la época por el historiador local Pere Ibarra, que remitió a la Biblioteca Nacional un volumen de 500 páginas con fotografías, recortes de prensa y testimonios del evento, se editará un CD con la reproducción del libro.
El diario alicantino de la época El Liberal, aseguraba en su edición del 29 de mayo: "Como quiera que uno de los puntos mejores para observar el eclipse era Santa Pola, allí nos dirigimos (...) a visitar los observatorios, comenzando por el de la comisión de Londres establecido en la playa, a cuyo frente se encontraba anclado el magnífico transporte inglés Theseus. Los marinos del buque se hallaban jugando al foot-ball, violento ejercicio que se realiza con una gran pelota de goma". Se trata, según Soler, de la "primera referencia" que se tiene documentada sobre la introducción del fútbol en las comarcas del sur de la Comunidad Valenciana. Años después, incluso se fundó en Elche un club con el nombre de Eclipse.
Con un 80% de analfabetismo en la ciudad, la burguesía ilicitana (médicos, abogados y políticos) hizo de anfitriona de los visitantes. Uno de ellos, el prestigioso científico Camille Flamarion, un fenómeno de popularidad en los círculos científicos de la época, encabezó la expedición científica francesa y actuó de reclamo para el resto de observatorios europeos.
El suceso, como apuntó al día siguiente el diario local El Pueblo de Elche, suscitó el interés de eruditos y curiosos que no pudieron sucumbir al apagón repentino del sol. "Varios carteristas se dedicaron al lucrativo estudio de eclipsar algunas carteras. Una de las eclipsadas contenía, según rumores, 4.000 pesetas", añade.
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