El temporal remite mientras son rescatados del agua vecinos en Moncofa, Nules y Sagunto
Se normaliza la situación tras el fuerte temporal que ha azotado el territorio valenciano los últimos cuatro días. Durante la madrugada y la mañana de ayer, los efectivos destinados a emergencias rescataban a los vecinos atrapados en la marjalería del Grau de Castellón, en las playas de Nules y Moncofa, y en los barrios de San José y Los Metales, en el Puerto de Sagunto. De madrugada, los 200 habitantes del municipio de Algar de Palancia fueron sacados de sus casas ante el peligro inminente de rotura de la presa de Algar, cuya construcción aún no ha terminado.
Invisibles en las incidencias
La normalidad se abrió paso lentamente. A primera hora del día de ayer efectivos de Cruz Roja y Policía Local rescataban en lanchas zodiac a los vecinos atrapados por la tromba de agua que cayó durante la noche en la marjalería del Grau de Castellón, en las playas de Nules y Moncofa. También se activaba el operativo de emergencias para evacuación en los barrios de San José y Los Metales, en el Puerto de Sagunto, donde el impresionante cauce del río Palancia invadió muchas de las viviendas.Decenas de vecinos de la marjalería de Castellón veían ayer por la mañana cómo el agua se apoderaba de sus casas y necesitaban ayuda para escapar de la inundación.
Un colegio público y el polideportivo municipal servían de lugar de acogida. En situación parecida se encontraron los vecinos que se habían resistido horas antes a abandonar sus viviendas en las playas de Moncofa, donde el rescate se efectuó con vehículos todoterreno y el salón de plenos del Ayuntamiento se convirtió en un improvisado dormitorio hasta la madrugada de ayer. También en la playa de Nules fue necesario salir a la búsqueda de los vecinos atrapados en alguna de las casas dispersas por la zona.
El agua que no pudo contener la presa de María Cristina en L'Alcora, que se desbordaba en la tarde del martes, llegó a la Plana de Castellón sin encontrar freno alguno. Aunque no hubo que lamentar desgracias personales, la situación fue dramática para algunas familias.
El descenso de las lluvias en el día de ayer hizo que el pantano de María Cristina, cuyos aliviaderos no cesaron de verter, y la de Sitjar, cuyas compuertas se abrían periódicamente, dejaran caer agua de forma controlada. Pese a todo, los técnicos estudiaban las características del agujero que se abrió en la presa de María Cristina y los daños que puede ocasionar en la obra el chorro de agua que surge por él.
Una complicada situación se vivió también en los barrios de San José y Los Metales, en el Puerto de Sagunto. El enorme caudal que bajaba por el río Palancia alcanzaba el mar desbordándose en su desembocadura hasta atrapar a decenas de familias. Desde la madrugada de ayer, los vecinos de estos barrios abandonaban sus casas como podían para trasladarse a los refugios habilitados por el Ayuntamiento, en el casco urbano.
A mediodía, el Centro de Emergencias de la Generalitat levantaba la situación de emergencia en Valencia y Alicante pero la mantenía en Castellón, donde los problemas se sucedían.
Las lluvias matinales de ayer afectaron a las poblaciones castellonenses de la costa y del Maestrat. El núcleo más afectado fue Vinaròs. Los ríos Cèrvol y Sénia han bajado como hacía muchos años que no se veía, y en el caso del Cèrvol, que pasa cerca del casco urbano, ha ocasionado daños materiales que se han estimado en unos 200 millones de pesetas. Para mañana viernes, se ha convocado un pleno extraordinario para aprobar un proyecto de recanalización del río.
En la población de Benicarló, han causado problemas la Rambla Cervera y la de Alcalà, aunque en ninguno de los dos casos se han desbordado, como sí ha ocurrido en Vinaròs.
También en Benicarló algunas empresas cercanas a la Rambla Cervera tuvieron que contar con vigilancia por parte de policía y Protección Civil. Los accesos a la población desde la carretera N-340 se han dificultado debido a la inundación de pasos subterráneos.
El balance en las poblaciones del interior deberá recoger, entre otras cosas, la reconstrucción de infraestructuras. Un puente en Sant Mateu y otro en Cervera del Maestrat han cedido a la presión del agua. A consecuencia de ello, las comunicaciones por carretera con estos municipios se han visto seriamente afectadas.
En Peñíscola, los daños han sido menores. Pero aún así, se ha extremado la precaución en las zonas próximas a los barrancos debido al alto caudal que soportan por el agua caída en las zonas del interior.
La comarca de Els Ports afrontaba ayer su primera jornada de recuperación tras las fuertes precipitaciones soportadas. La lluvia hizo acto de presencia pero muy débilmente y los desprendimientos continuos impidieron que las carreteras de la zona pudieran abrirse completamente al tráfico.
Han aportado información sobre el temporal María Fabra, Amparo Panadero y Manuel de la Fuente.
Dos pueblos próximos a la presa de Algar son evacuados de madrugada por el peligro de rotura
Desde la tarde del lunes veían cómo el agua salía desbordaba de manera descontrolada. Nadie parecía concederle importancia. La lluvia no cesaba, los aliviaderos se taponaron por el barro. Y nadie actuaba sobre la presa ni informaba a la población. El martes transcurrió como un largo día de temor contenido. Los peores augurios se apoderaron de los vecinos, más aún cuando por más atención que ponían a las informaciones remitidas por radio y televisión, la presa de Algar se hacía invisible en el recorrido de incidencias.A las tres de la madrugada de ayer los vecinos saltaban de la cama debido al aviso por megafonía de la Guardia Civil: "Abandonen las casas por peligro serio e inminente de rotura de la presa". Sin conceder un segundo a la amenaza, cogieron lo imprescindible y se trasladaron a la parte alta del pueblo, donde se abrieron las puertas de algunas naves industriales a modo de centro de acogida. Algar no contaba con un plan de emergencia.
El peligro estaba a sólo 500 metros de la primera casa del pueblo. La obra civil de la presa está prácticamente terminada pero no ha sido sometida a las pruebas necesarias para que inicie su funcionamiento. A las siete de la madrugada, los vecinos de Algar y los de Alfara d'Algímia, que vivieron el mismo sobresalto, volvían a sus casas.
Las aguas de los barrancos de Chiva y el Carraixet descendieron ayer. En los municipios valencianos de Catarroja, Masanassa y Aldaia, cuya alcaldesa pedirá que su localidad sea declarada zona catastrófica, se han iniciado las labores de limpieza después de que fuera necesario levantar diques de contención en varios polígonos industriales y achicar agua en el casco urbano.
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