Una anciana muere ahogada en Tarragona y otra mujer desaparece en Cartagena por la riada
Las lluvias torrenciales que arrasan la costa mediterránea se cobraron ayer su quinta víctima mortal. Una anciana de 90 años, Isabel Andrés Oms, se ahogó en el sótano de su casa de Godall (Tarragona) tras desbordarse una riera. Otra mujer, María R. O., de 37 años, seguía desaparecida anoche. Su coche fue hallado junto al estadio Cartagonova, en Cartagena. En una playa de L'Ampolla, cerca del delta del Ebro, fue encontrado el cadáver de Matilde González, que desapareció el domingo junto a su hijo de cuatro años. El cadáver del pequeño no ha sido encontrado.
Desborde del Ebro
Las fuertes lluvias superaron ayer los 200 litros por metro cuadrado en zonas de Castellón y Valencia y el Instituto Nacional de Meteorología prevé que hoy continúen las trombas de agua en la mitad oriental de la Península y en Melilla. Como consecuencia de los aguaceros son ya cinco las personas fallecidas. Además de Isabel Andrés, el domingo murieron una mujer en Lorca (Murcia) y dos hombres en Tarragona. Permanecen desaparecidos un niño de cuatro años, hijo y sobrino respectivamente de estos últimos. Los equipos de rescate encontraron unas ropas que podrían pertenecer al niño. El cadáver hallado en la playa del Arenal de L'Ampolla, cerca del delta del Ebro corresponde a la madre del pequeño, Matilde González, según informó la Guardia Civil. De los cinco miembros de la familia que viajaban en el todoterreno que arrastró la riera Ànima Blanca, en Botarell, sólo se salvó un chiquillo de 10 años, sobrino del matrimonio, quien había perdido además a sus padres hace cuatro años.
50 vecinos atrapados
Tampoco ha sido hallado aún el pequeño Luis Alexander, de dos años, que fue arrastrado por el agua junto a su madre en Lorca el domingo, ni la mujer que desapareció ayer en Cartagena, donde las lluvias registradas superaron los 130 litros de agua por metro cuadrado, con intensidades que alcanzaron los 80 litros por metro cuadrado en menos de una hora. Además de un total caos circulatorio, la tromba de agua provocó la crecida de la rambla de Benipila a su paso por la ciudad, inundando sótanos de viviendas e instalaciones deportivas como las del estadio municipal Cartagonova. Junto a éste apareció el coche vacío de María R. O., de 37 años, desaparecida desde ayer por la mañana.
En Cataluña la cantidad de agua caída hizo necesario aliviar el embalse de Riba-roja, que se preveía que soltase un caudal de hasta 2.000 metros cúbicos por segundo a partir de la medianoche, lo que podría motivar que el tramo final del Ebro se desbordase durante la madrugada a partir de Els Montells, según informó anoche la Comunidad de Regantes de la Margen Derecha del Ebro. Anoche comenzaron a ser evacuadas personas con limitaciones físicas de Balada, un pueblo situado junto a Amposta, y de zonas cercanas al delta del Ebro. Los municipios más afectados por las riadas "nunca vistas", según los vecinos, en Tarragona fueron Santa Bàrbara, Masdenverge, La Galera, Godall, Amposta y Ulldecona. Muchos puentes cedieron ante la fuerza de las avenidas, algunos pueblos quedaron incomunicados y varios vecinos fueron rescatados de los tejados. El caso más significativo fue el de Santa Bàrbara, una población de 3.500 habitantes en el centro de la comarca del Montsià, donde un mar de barro anegaba las calles y un barranco arrastró varios vehículos y dividió el pueblo en dos.
En Murcia, unas seiscientas personas fueron desalojadas anoche del cámping de Bolnuevo, en el municipio de Mazarrón, ante el temor de inundaciones por el crecimiento de ramblas, según informó la Delegación del Gobierno. Alrededor del 40% de estas personas viajaban en autocaravanas, que fueron llevadas a la explanada adjunta a una discoteca ubicada en la urbanización, mientras el resto fueron evacuadas al pabellón cubierto de la localidad.
Una treintena de familias han sido desalojadas también en los parajes de Huerta de Arriba y Huerta de Abajo, en Molina de Segura, y trasladadas a casas de familiares, según las mismas fuentes. Asimismo se desalojaron una barriada en el municipio murciano de Los Alcázares y dos cámpings en Cartagena (en uno de los cuales hubo seis heridos leves como consecuencia de los arrastres). También fueron evacuados los alumnos de un colegio en Vinaroz (Castellón) y otro en Masdenverge, un pueblo de Tarragona. Una mujer de la que no se facilitó la identidad resultó herida leve en Alcantarilla (Murcia) al derrumbarse la terraza en la que estaba en un segundo piso, informa Efe.
La Delegación del Gobierno en Murcia permanecía anoche pendiente del nivel del río Segura por si se desbordaba en algún punto, si bien la Confederación Hidrográfica de ese río informó de que el caudal tiende a bajar tras haber alcanzado los 500 metros cúbicos por segundo.
Los bomberos de Murcia habían rescatado hasta la medianoche de ayer a alrededor de un centenar de personas en la capital murciana y en sus pedanías. La mayoría eran automovilistas que habían quedado atrapados en sus vehículos y que se vieron sorprendidos por la tromba de agua que se abatió sobre la ciudad sobre las nueve de la noche de ayer.
El agua obliga a cortar la autopista entre Valencia y Madrid
La situación fue especialmente complicada en Morella, en la comarca de Els Ports, al norte de Castellón; en Chiva, Cheste y Buñol, en la comarca de Hoya de Buñol; Godelleta y Aldaia, en L'Horta de Valencia; L'Alcúdia, Algemesí, Carlet, Catadau, Llombai, Alfarp, Carcaixent, Alginet (donde fue necesario evacuar a 50 vecinos atrapados por el agua en la noche del domingo) y Guadassuar, en la Ribera de Valencia. Pero ya se sabe que nunca llueve a gusto de todos y tanto los agricultores valencianos como la la Consejería de Agricultura califican la situación de "buena", mientras no se produzcan tormentas de mayor virulencia que arruinen los cultivos. En cambio, en Almería las lluvias caídas entre la madrugada y la mañana de ayer (37,2 litros por metro cuadrado, las más intensas registradas en la capital desde hace 11 años) no han servido para que los pantanos de la provincia aumenten sus reservas. Eso sí, hubo inundaciones de sótanos y casas de planta baja y retenciones de tráfico.
En el barrio almeriense de Piedras Redondas algunos vecinos tuvieron que pasar la noche achicando agua, y en la barriada de La Cinta, en el municipio de Arboleas, al norte de la provincia, unos 300 vecinos permanecieron varias horas incomunicados debido al desbordamiento de una rambla próxima al pueblo.
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