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Tribuna:FÚTBOL La resaca de la jornada
Tribuna
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El factor Xavi

Santiago Segurola

Espigando en el tumultuoso Barcelona-Real Madrid del sábado se adivina un partido que pasó desapercibido. Es cierto que el resultado se decidió principalmente por cuestiones más pasionales que estrictamente futbolísticas. El Real Madrid se achicó de manera clamorosa y el Barcelona aprovechó con energía la marea que se desbordaba en las gradas. Pero también hubo otros asuntos capitales en la victoria del Barcelona, así como alguna que otra tendencia reseñable por lo que puede significar para lo que queda de la temporada.En el Barcelona, Xavi arrojó luz sobre el juego del equipo y confirmó que un buen medio centro es un cheque al portador, especialmente en equipos como el Barcelona o el Real Madrid, obligados por su historia a asumir el protagonismo en el juego.

Sin un medio centro clásico -llámese Guardiola o Xavi-, el equipo azulgrana había penado en el arranque de la temporada. Le faltaba un plan y alguien capaz de tener los partidos en la cabeza. Xavi, un jugador que resume la brillante saga de directores de orquesta del Barcelona, manejó el partido a su antojo. Primero porque es un excelente futbolista -listo y conciso- y segundo porque no encontró réplica en las filas rivales. En el curso anterior se hizo muy popular una estrategia muy simple: detener a toda costa a Guardiola, o a Xavi cuando le tocó llevar el equipo. Cualquiera destinaba a un hombre para impedir el tráfico de juego protagonizado por los creadores azulgrana. Por lo que se vio, la idea tuvo éxito.

El Madrid, que no se enteró de nada, tampoco se enteró de que Xavi movía los hilos del juego con sabiduría y comodidad. Los centrocampistas blancos no sólo estuvieron a su merced, sino que le dejaron actuar con una libertad inaudita, cosa que habla muy mal del entramado táctico del Real Madrid. Si a un espléndido organizador, y Xavi lo es, se le ayuda a enhebrar la aguja, el daño es irreparable. El Madrid dio fe de ello con su derrota.

Resultó sorprendente la capacidad de maniobra de Xavi cuando el Real Madrid estaba en condiciones de sofocarle. Los madridistas disponían de un mayor número de centrocampistas y de un equilibrio aparentemente superior. El Barcelona contaba con dos medios, Xavi y Luis Enrique, o uno, porque de todos es sabido que Luis Enrique, como Rivaldo, tiene alma de delantero. Con Celades, Makelele y Guti, el Madrid desperdició su incuestionable ventaja en esa parte del campo y concedió plenos poderes a Xavi.

Para el Barcelona, la dificultad puede estribar en persistir en su dibujo, en esta especie de 4-2-4 que obliga a la orfandad a gente como Guardiola o Xavi. Cuando los rivales desplieguen una acorazada de centrocampistas frente a las batutas del Barcelona, el equipo azulgrana caerá en graves riesgos, que sólo podrán ser mitigados si la vasta nómina de delanteros actúa con la generosidad que evidenciaron la noche del pasado sábado frente al Real Madrid.

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