La Iglesia quiere que la religión se equipare a las disciplinas fundamentales en la enseñanza

Asignatura evaluable

La Iglesia se siente discriminada por el Estado en la enseñanza, en lo benéfico-asistencial y en el tratamiento jurídico de sus asociaciones y fundaciones. El simposio sobre los 20 años de los Acuerdos Iglesia-Estado, que ayer se clausuró en Madrid, puso de manifiesto ese malestar en aspectos que evidencia -según los expertos convocados por la Conferencia Episcopal- que el cumplimiento de los acuerdos no es tan perfecto como en la inauguración, el pasado viernes, aparentaron con ademán de esfinge y discursos de sibila tanto el presidente de los obispos, Antonio María Rouco, como el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué. El nuncio, Manuel Monteiro de Castro, miraba mientras al infinito.Monteiro afirmó ayer en la clausura que los acuerdos "son fundamentalmente válidos y eficaces" y abogó por una "pronta solución a los problemas pendientes, como es el tema de la enseñanza religiosa en los centros públicos".

En la última sesión prosiguió la presíón de la Iglesia al Gobierno para que se legisle una asignatura de religión católica con categoría de evaluable. "No es de recibo que juegos de mesa o deportivos sean alternativas a la religión en la enseñanza pública", dijo María Rosa de la Cierva y Hoces, secretaria de la Provincia Eclesiástica de Madrid. "Estamos ante una discriminación clarísima, ya que la religión no se refleja en el expediente académico en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales. De ahí que vaya disminuyendo la opción de los alumnos por la enseñanza de la religión". De la Cierva dijo confiar "en el proyecto que ahora se discute aprovechando la próxima reforma de las Humanidades".Precisamente ayer los protestantes españoles se opusieron a una asignatura de religión. "Las asignaturas confesionales podrían sustituirse por una enseñanza que abordara la historia y cultura de todas las religiones", dijo Pedro Tarquis, portavoz de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (Ferede).

El simposio mostró también el descontento de la Iglesia en lo benéfico-asistencial. "Hay que promulgar una ley estatal básica de Servicios Sociales que corrija el sometimiento de las entidades eclesiásticas al derecho común y la obligación que ahora tienen de transformarse externamente en ONG", dijo Mariano López Alarcón, catedrático de Derecho Eclesiástico del Estado de la Universidad de Murcia. "La autonomía de la Iglesia en este campo requiere un régimen especial o bien una inserción flexible en el sistema público".

José María de Prada, notario de Madrid y ex presidente de Cáritas, alertó de que el Estado no es quién para determinar si los fines de una asociación o fundación son o no religiosos. "Los acuerdos no le conceden ese derecho, y menos aún al funcionario de un registro: lo debe determinar la Iglesia, y ese reconocimiento debería bastar".